Se cumplieron 50 años del inolvidable debut con triunfo en la Vuelta de San Pedro en 1967 con Copello, Gradassi y Ternengo, que movió la estantería en la más popular de las categorías. La gran victoria fue para Pirín.

E l puntapié inicial de los Torino en Turismo Carretera, que originó una sucesión de triunfos y campeonatos (cinco) lleva a la referencia imborrable de la ‘Vuelta de San Pedro’.Esa primera y única vez que el TC corrió en San Pedro quedó marcada a fuego porque conmocionó al automovilismo nacional de la época y, porqué no, cambió el devenir del TC. El tórrido 26 de febrero de 1967, en el circuito de 56,200 kms (34 de tierra y 22,200 kms de asfalto), se produjo el debut y primera victoria de un Torino.

Los Torino lanzados tiempo atrás por IKA-Renault dieron pie al proyecto del entonces presidente James Mc Cloud, el que convocó a un joven talento que ‘pintaba’, un tal Oreste Berta, junto al proyectista Heriberto Pronello. Y como pilotos a tres casi sin vínculos anteriores con el TC: Eduardo Copello, Héctor Luis Gradassi y Jorge Ternengo. El trío a caballo de los resultados con los Toros movieron la estantería del TC, se convirtieron en las vedette y pasaron a ser la ‘CGT’, por las iniciales de sus apellidos.

Medio siglo pasó de ese episodio que quedó clavado en la historia del automovilismo argentino. Los Torino llegaron a San Pedro casi de incógnito, y como había más de 45 anotados, se clasificó el sábado. Los Toros anunciaron: 1-2-3. Fueron mirados con recelo por la ortodoxia teceísta, rechazados por los hinchas que no concebían un auto similar a los de calle les ganara a las cupé, como años atrás se dio cuando surgió el Chevitú de Froilán González manejado por Jorge Cupeiro, que hizo detonar al TC.

Al día siguiente, la ‘amenaza’ concebida en silencio por el genio de Berta y Pronello, proyectada al circuito por Copello, Gradassi y Ternengo quienes comandaron los Torino, se concretó. El dominio sorprendió y silenció a la multitud inusitada presente en San Pedro, que esperaba otro triunfo de un Ford o Chevrolet. Sin embargo ganó Pirín Gradassi y nadie lo olvidó más. Al candidato, el Maestro Copello (su auto, único con trompa especial, que luego lo popularizaría como ‘Liebre I’), el distribuidor lo hizo abandonar. Pudo anotarse Ternengo, el Nene (el menor de los tres, 31 años, contra los 41 de Copello y 33 de Gradassi, ambos fallecidos). El auto de Pirín puntero perdía rendimiento por el escape roto y Eduardo ‘Tuqui’ Casá, bandera de Ford en el nuevo ‘Tractor’ -el apelativo porque nunca se rompía-, lo acechaba (llegó 2º). Las aspiraciones de Ternengo se frustrarían, envuelto en una nube de tierra, volcó.

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