Siete días atrás, conseguía su séptima corona dentro del Top Race en una definición electrizante con Mariano Altuna. De sangre fría y corazón caliente, y por sobre todas las cosas, lejos de conformarse con lo cosechado hasta ahora en el 2017, Agustín Canapino salió a la pista del Roberto Mouras de La Plata, convencido en que el la Copa de Oro del Turismo Carretera sería suya. Y lo logró.
El piloto de Arrecifes, más que nunca “Tierra de Campeones”, consiguió este domingo ser el nuevo monarca de la máxima, luego de ver la bandera a cuadros en la cuarta colocación de la grilla final y aventajar por 0.25 centésimas a Facundo Ardusso, que se quedó con las ganas de darle un título a Torino.
La última prueba de la temporada del TC quedó en manos de Julián Santero, que se subió a lo más alto del podio con su Torino, seguido por Christian Ledesma y Gastón Mazzacane, ambos con Chevrolet.
Sin embargo, los flashes fueron todos para Canapino que tras un gran trabajo en el circuito con el Chevrolet del Jet Racing, avanzó desde la 11° colocación hasta el cuarto lugar, consiguió los puntos necesarios para aventajar al Flaco de Las Parejas y sumó su segunda Copa de Oro dentro de la categoría -la primera fue en la temporada 2010-.
Con la franqueza y frontalidad que conduce en cualquier pista, Canapino admitió que no "esperaba la chance de campeón" teniendo en cuenta que tenía que sortear varios "obstáculos" para quebrar al máximo candidato, Ardusso.
"La vida me regaló la posibilidad de vivir de lo que me gusta", balbuceó extenuado y casi sin aire al bajar de la Chevy, y fundirse en un profundo y sentido abrazo con su padre Alberto, artífice en eso de poner a punto el chasis de su auto.
"No lo puedo creer. Estoy como shockeado, solamente puedo decir gracias. A mis mecánicos, a todo mi equipo, sponsors y los hinchas de Chevrolet por el apoyo. Cierro los ojos e imagino a mi ciudad, Arrecifes, esta noche", señaló entre lágrimas un hombre que, a pesar de sus 27 años, tiene mil batallas en el automovilismo.
Nació el 10 de enero de 1990 en Arrecifes, la cuna de campeones para la liturgia fierrera, y ya de adolescente la pasión por los autos de competición lo atrapó. Y razones tenía para inclinarse por el automovilismo, ya que su padre Alberto, prolífico constructor, también sabe de eso de ganar varios títulos en el automovilismo.
El "Titán" debutó en el automovilismo a los 15 años en la Copa Megane, y dos años después, en 2007, logró el campeonato de la especialidad. Un año después saltó al TC Pista con un Chevy y alcanzó el título con la madurez de los experimentados, y eso lo catapultó para llegar al TC en el 2009. Esa temporada debutó el 8 de febrero en Mar de Ajó, siempre con Chevrolet, y fue tercero en la final detrás de Lionel Ugalde y Matías Rossi, pero antes se impuso en la serie clasificatoria delante de su coterráneo Norberto Fontana y el moronense Diego Aventín.
Además del nuevo título, Canapino tiene la friolera de siete campeonatos en el Top Race, uno en Súper TC2000, otro en la Copa Megane y también en TC Pista. En el Turismo Carretera disputó 143 carreras con siete triunfos en finales, 30 en series y tres poles position. Y por si fuera poco, ya cuenta con la corona que te dan los hinchas, esa que se gana en la pista con grandes maniobras, fidelidad y destacadas carreras que que hoy lo ponen en el pedestal de los grandes ídolos del Moño como Roberto Mouras, Emilio Satriano, Osvaldo Morresi, Christian Ledesma, Luis Minervino y Guillero Ortelli, entre otros.
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