El ex volante xeneize volvió a revivir la consagración en la que brillaron Maradona, Brindisi, Mouzo y Gatti, entre otras figuras. “Era un plantel prácticamente invencible”, remarcó.

Hace poco Boca celebró 36 años del título del Metropolitano 81, que ganó con Diego Armando Maradona como emblema y Silvio Marzolini como entrenador. Porteño del Sur recordó esa campaña junto a Roberto Aníbal Passucci, quien aseguró que “si no lo desarmaban, ese equipo estaba para campeón del mundo”.

“Lo primero que se me viene a la mente es alegría, emoción y el recuerdo de todo lo que vivimos”, recordó Passucci, quien añadió: “Fue un campeonato duro y muy largo. A pesar de que nosotros teníamos a Maradona, el torneo se puso cuesta arriba en un momento. No nos olvidemos que era un campeonato de 34 fechas. Pero por suerte al final pudimos mantener la regularidad durante toda la campaña. Esa fue la clave”. “El momento más difícil según rememoró el defensor- fue cuando la distancia con el segundo, que era Ferro, se achicó. Parecía que nos alcanzaban cuando nosotros empezamos a no sumar de a dos. Ellos se pusieron a un punto y un día la hinchada vino a la concentración de La Candela en una historia que es muy conocida. Todo se convulsionó. Por suerte salimos de esa situación y dimos la vuelta con un merecimiento inobjetable”.

¿Cuál fue el partido clave? “El que todo el mundo habló en ese momento fue contra Newell’s en Rosario. A nosotros nos daban el partido por perdido en la previa. Ellos tenían un equipo tremendo, con el Tolo Gallego, Roque Alfaro, un equipazo. Terminamos ganando 2 a 0 con autoridad en el Parque de la Independencia. Después de esa victoria la gente ya sintió que el equipo estaba para campeón”, señaló. Además comentó cómo fue su gol en ese encuentro al expresar: “En ese partido me tocó convertir. Fue una linda jugada. Tiramos una pared con Ruggeri y cuando salió el arquero lo gambeteé y se la crucé. Yo ese día jugué con la 11, como puntero mentiroso. El técnico lo sacó a Perotti y me puso como volante por la izquierda para hacerle la marca hombre a hombre a Roque Alfaro. Entonces terminé anulándolo en todo el partido. No le dejé tocar la pelota. Y en un desprendimiento mío, en una jugada rápida, tirando paredes fui y definí. Parece increíble, pero el Cabezón y yo terminamos tirando paredes, jaja. Ese fue el segundo. El primero lo había metido el Chino Benítez”. En la campaña, el elenco Xeneize ganó 20, empató 10 y perdió 4 partidos. El debut fue con el recordado 4 a 1 sobre Talleres (día del primero gol de Diego con la azul y oro, y del debut de Víctor Hugo Morales como relator en Argentina). El día de la consagración, Boca igualó 1-1 (Maradona de penal) con Racing en la Bombonera. Esa tarde el equipo formó con Gatti; José María Suárez, Mouzo, Ruggeri y Córdoba; Benítez, Passucci y Brindisi; Escudero (Trobbiani), Maradona y Perotti.

Por último, Passucci manifestó: “Tuve un grupo bárbaro de compañeros. Todos eran muy profesionales. Estábamos metidos en la cosa. El más exigente era el Tano Pernía. Y Diego estaba en una etapa tremenda de crecimiento futbolístico. Teníamos chicos que estaban arrancando como Cacho Córdoba y Ruggeri. Mouzo y el Loco Gatti, con su experiencia. Era un plantel prácticamente invencible. Era un equipo para campeón del mundo. El tema es que el club tuvo una deuda millonaria y se desarmó el equipo. Si lo hubiesen mantenido, seguro que ganábamos la Copa Libertadores y varios campeonatos. Sobraba plantel. Teníamos hasta suplentes de lujo”.

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