Barracas - La Boca
Junto con la modificación de los colores, los trabajos de los albañiles y arquitectos se extendieron a los adoquines, faroles con tecnología LED y renovación de aceras con una inversión de casi 30 millones de pesos.
"Caminito", dice el cartel. Esa esquina de La Boca que remite a Buenos Aires, al tango, al turismo mundial y a las fotos que inundan en Instagram tiene cambios. Una de las fachadas laterales del espacio más visitado en la gran urbe latinoamericana modificó sus colores. Ya no está más esa paleta que iba del azul y amarillo al rojo y verde, sino que hay uno homogéneo, que no resalta.
‘Es un color de obra’, dice uno de los vecinos. Entre habitantes del barrio y comerciantes de la zona hay divergencias, pero la necesidad de arreglos que eviten derrumbes canaliza los deseos, que se convirtieron en urgencias con el paso del tiempo.
‘Todavía no hay un color definido, pero la verdad es que era muy necesario’, consideró Marcos, propietario de uno de los locales de la calle Magallanes, cuya fachada fue parte de los arreglos realizados por el Ministerio de Ambiente y Espacio Público, a cargo de Eduardo Macchiavelli.
El dueño del comercio dedicado a la venta de recuerdos sobre La Boca aseguró que antes de los trabajos había ‘manchas de humedad que entraron a la casa’ y que empezaron a ‘resquebrajar el techo’. Extraña lo cromática, aunque admite que ‘otra solución no había. Esta es una construcción de muchos años’.
De acuerdo a información brindada por el Ministerio, las refacciones tuvieron un valor total de 29.577.494 de pesos para un tiempo de ocho meses. Pero las obras no fueron solamente en esa pared. El trabajo de los albañiles y arquitectos se extendieron a los adoquines, faroles con tecnología LED y renovación de aceras en un sinuoso trayecto inaugurado en 1959 por iniciativa del pintor Benito Quinquela Martín.
‘Yo me lo tomo de forma positiva. Tardaron mucho tiempo para mi gusto, pero está bien’, expresó Claudio, encargado del local de una reconocida cadena de alfajores que tiene el honor de tener el cartel de ‘Caminito’ como frente de la propiedad y a un papa Francisco que señala y le da la bienvenida a los curiosos.
Claudio coincidió en que el principal problema era edilicio, con lo cual, las intervenciones eran ‘más que necesarias’. ‘Hace unos meses hubo un par de balcones que se cayeron. Era un peligro y por suerte fue de noche. También se cayeron otros pedazos de mampostería’, agregó.
El clásico escenario porteño tiene como vista principal en una de sus entradas al Riachuelo y al Transbordador Nicolás Avellaneda. Carga historia en su haber y a millones de turistas que cada año lo hace uno de los lugares más fotografiados del mundo. En sus metros se pueden apreciar restaurantes, locales de camisetas de fútbol, recuerdos, parejas que bailan tango, esculturas, un Diego Maradona que promete ‘la mejor foto de la historia’ junto a él, alguna casaca de Boca Juniors que se vende más que la de River... todo un combo de la cultura porteña.
Quinquela Martín le dio color a ese sendero abandonado por el ferrocarril que alguna vez conectó con Ensenada. Los vecinos se apropiaron del legado del gran artista argentino. No olvidan sus órdenes, pero tampoco la historia que condensan sus paredes.
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