Turner bloqueó la señal de Space para Argentina y la abrirá únicamente para el resto de Latinoamérica, dejando a los más pobres sin plato fuerte esa noche. Una medida antipática y antipopular, que usa al boxeo como anzuelo para alimentar al fútbol.
Repudio. Cuando la semana pasada se informó que la esperadísima pelea entre Lucas Matthysse y Manny Pacquiao, del próximo sábado 14 en Kuala Lumpur, no será televisada en nuestro país por el tradicional canal Space, y en su defecto se hará por TNT Sports -el codificado del pack fútbol que hay que pagar aparte-, hubo una gran indignación entre los fanáticos de la patria boxística de estas tierras.
Sucede que la empresa Turner Internacional -que además es socia de FOX en el codificado de la Superliga del fútbol argentino- tiene los derechos para toda Latinoamérica del gran combate, y como en su dominio tiene a los canales Space -que es el que pasa las peleas- y TNT Sports Premium -que es el que pasa el fútbol codificado-, decidió bloquear su transmisión para Argentina y darla libre para el resto del continente.
En consecuencia, el esperado match por el título mundial welter de la AMB que posee el chubutense, por estos lares podrá verse únicamente a través de TNT Sports adquiriendo el pack fútbol al menos por un mes, y bajo ningún otro soporte. Un notición.
Sin tapujos, el locutor de la promo cierra su speech diciendo: "Suscribite al pack fútbol para ver la pelea y toda la Superliga".
¿Qué pasa? ¿No hay suficientes abonados y quieren usar al boxeo como gancho?
Sabido es que el ciudadano argentino no tiene aún idiosincrasia de PPV, porque siempre estuvo acostumbrado a que le pasen los eventos en forma –si se quiere- gratuita, con el abono que paga por su cable operador, que de por sí es bastante oneroso.
Pero en las circunstancias de crisis económica por la que atraviesa nuestro país, hay prioridades más urgentes que las de gastar plata en una pelea, especialmente para las capas sociales más bajas, de las cuales se nutre el grueso del público boxístico.
Los $ 330 mensuales que cuesta el servicio, quizás no sean inaccesibles para todos, pero luego hay que acordarse de darle de baja, o luchar contra la adicción que genera tener el fútbol en casa. Es la vieja táctica de dar de probar el dulce.
Cuando se hagan las cuentas finales, seguramente habrá crecido el padrón de abonados, que evidentemente hoy no es el que esperaban.
Téngase en cuenta que Matthysse- Pacquiao será junto a Bonavena-Alí, Maidana-Mayweather, y yendo bien para atrás en el tiempo, quizás Firpo-Dempsey, una de las peleas más rutilantes de la historia pugilística nacional entre un consagrado de acá y una mega figura internacional.
Y si ampliamos un poco el espectro, agregaríamos las de Maravilla-JC Chávez Jr, Maravilla-Murray y Maravilla-Cotto, por su repercusión mediática. No hay tantas más de ese nivel superlativo, por más que el Pac Man y Lucas no estén en el momento cumbre de sus carreras, e incluso se hallen más cercanos a su ocaso.
Pero sacando la prehistórica Firpo-Dempsey, donde aún no existía la TV y la tecnología de los medios de comunicación estaba en pañales –hubo que rebuscárselas a través de las antenas satelitales de los pocos edificios que tenían radio para seguirla en un falso vivo- las demás, todas fueron televisadas en directo y sin restricciones.
Es más; pese a no ser el boxeo el deporte de cabecera de este país, Bonavena-Alí ostentó por mucho tiempo el record de rating con 79,3 puntos, sólo superada por la semifinal del Mundial ’90 entre Argentina-Italia, que totalizó 82 sumando los cuatro canales de aire. Sin embargo, canal por canal, la de Ringo con Muhammad sigue siendo insuperable, y lo será por el resto de los tiempos.
Maravilla Martínez hizo 41 puntos en su pelea frente a Chávez Jr, sumando la TV Pública y TyC Sports, mientras que no había manera de medir en aquellas épocas a otros ídolos como el Torito de Mataderos (Justo Suárez), Nicolino Locche, o El Mono Gatica, que llenaban el Luna Park de pies a cabeza y hubiesen pulverizado la audiencia televisiva con cada pelea. Ni hablar si fueran por un título mundial, al que salvo Locche, nunca accedieron.
¿Qué otro evento deportivo –además del fútbol- en nuestro país se pasa codificado? ¿Y por qué si el boxeo es históricamente el deporte de mayor rating cuando el espectáculo es de primer nivel, es actualmente el que menos espacio tiene en los medios gráficos, detrás del rugby, básquet, tenis y automovilismo?
Matthysse-Pacquiao no es el único caso de esa noche, que será vigilia de la final del Mundial de Rusia: ese mismo día, a esa misma hora –que aún no se conoce con exactitud, pero será por la noche/medianoche- el jujeño Juan José Velasco irá por el superligero interino del CMB ante el invicto yanqui Regis Prograis, poseedor del mismo.
Sin embargo será por TyC Sports Play, no por la pantalla tradicional de Boxeo de Primera, aunque dado la eliminación de la Selección Nacional, y faltando aún varios días, no sería extraño que se cambie de parecer y se televise, habida cuenta de que tampoco competirá con ninguna señal libre.
El pez chico alimenta al más grande en la naturaleza, pero también en la sociedad y en la economía, dentro de un mundo capitalista que por excelencia rige al boxeo. ¿Por qué entonces no iba a hacerlo allí? El problema es que de rebote, lo padecen los más humildes. No hay derecho.