El estadounidense Floyd Mayweather, ex campeón mundial en cinco categorías diferentes, cumplió con los pronósticos y venció por nocaut al irlandés Conor McGregor, luchador de UFC (artes marciales mixtas), en un singular combate de boxeo celebrado esta noche en Las Vegas.
"Money" fue de menor a mayor en la pelea, esperó su chance y sentenció la historia en el 10° round, cuando el árbitro local Robert Byrd decidió parar a raíz del fuerte castigo que estaba recibiendo el irlandés.
Mayweather, de 40 años, mantuvo su invicto como profesional a la vuelta a los cuadriláteros tras haberse retirado y sigue invicto con marca de 50-0, con 27 nocauts, la mejor de todos los tiempos al superar a Rocky Marciano (49-0), con el que estaba empatado.
Con el triunfo, además del lujoso cinturón "Monney Belt" instituido por el Consejo Mundial de Boxeo (CMB), Mayweather se aseguró una bolsa de 100 millones de dólares, mientras que McGregor, de 29 años, se llevó otra de 30 millones.
Ambos podrían incrementarlas de forma considerable en base a los ingresos que puedan darse por la venta de los derechos de televisión de pago, que superaría los 500 millones, según los primeros indicios. Se estima que Mayweather ganará más de 300 millones de dólares por este combate.
McGregor, “The Notorius”, dio buenas impresiones durante los primeros asaltos, cuando incomodó a su rival con una postura ofensiva y mucha decisión para descargar manos en la corta distancia.
Pero una vez que Mayweather pudo acomodarse a la heterodoxia del adversario, la pelea comenzó a transitar por el carril imaginado y el irlandés se sintió impotente, por lo que apeló a golpes al límite del reglamento y a sujeciones que fueron advertidas por el árbitro Byrd.
Desde el sexto round, Mayweather se encaminó al triunfo con claridad porque McGregor comenzó a sentir el desgaste físico.
El estadounidense tomó una postura ofensiva en el ring, aceleró a partir del octavo parcial y forzó la definición rápida en el décimo ante un rival aturdido.
“Money” celebró la victoria parado sobre las cuerdas en una de las esquinas del ring y lanzó un grito hacia todo el estadio con una expresión vanidosa.