Alí había predicho que lo iba a terminar en el noveno round, pero no pudo. Fue knockout técnico por tres caídas en el último asalto a favor del estadounidense. La actuación del árbitro dejó un sabor amargo porque en ninguna de las caídas el árbitro le exigió Muhammad que vuelva a su rincón. El tiempo de recupero es nulo. "Guapeé, yo guape", dijo Ringo apenas terminó la pelea entre lágrimas. La predicción del hincha de Huracán tampoco se hizo realidad, en una entrevista previa al combate soltó que "lo iba derribar en el onceavo round", pero logró mostrar su bravura.
La pelea -que se puede ver completa en You tube- revela la superioridad del estadounidense. Siempre, aprovechándose de su movilidad y alejándose del poder de fuego de la zurda de Bonavena que siempre fue de frente, sin variantes, a su estilo. Esa forma de pelear directa, abierta y con resistencia para aguantar los golpes fue el peligro para Alí, pero a su vez la llave del éxito por la velocidad de sus pies.
Las bravuconadas previas a la pelea sólo quedaron en un show. Ambos sabían de eso. Los gritos de "Clay, clay, clay" que hizo Ringo recordándole su nombre no musulman fueron parte del espectáculo. Al término de la pelea, el propio Bonavena se rindió ante el poder de su rival y dijo que "era más fuerte que Joe Frazier" y que "Nunca le iba a ganar".
"Tenía que concentrarme en mis movimientos, en mis desplazamientos", dijo una vez en 1979 en el programa de Mónica Cahen D'anvers. En esa misma presentación, recordó: "Bonavena me pegó dos ganchos muy buenos en cuerpo. Que todavía recuerdo. Y también que me dolía mucho la mano al golpearlo".
El Guapo de la Quema no pudo con el bocón de Lousville. Pero es un resultado lógico, porque por algo, Alí es "the greatest".
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