El nocaut. ¿Hay alguna acción más espectacular sobre la tierra de cuantos deportes existen?
Ni el gol, ni el try, ni el smash, ni una volcada, ni siquiera la vertiginosidad de un clavado -cada cual en su máxima expresión-, puede igualar la sensación de un nocaut, que además cuenta a veces con la particularidad de la imprevisibilidad, porque no se ve venir.
Edgar Berlanga, un joven yanqui de 23 años que milita entre los supermedianos, tiene esa característica. Es un noqueador. Pero no uno común y corriente, de los varios que existen. Él posee en la actualidad 14 peleas ganadas, todas por nocaut en el 1º round.
Sí, todas en el 1º. Y no ante paquetes, cosa que puede suceder en boxeo. La totalidad de sus rivales fueron de record positivo, y en general tenían más peleas que él al momento de enfrentarse.
El martes pasado volvió a dar otra exhibición de su poder, cuando en el MGM Grand de Las Vegas, como semifondo de Oscar Valdez (GKOT 10) y Jayson Velez, repitió su costumbre y con un furibundo KO venció en la 1ª vuelta a su compatriota Eric Moon (29 años y 11-2-0 hasta ese entonces).
Lo curioso es que Moon salió a llevárselo por delante, pero a la primera mano que afirmó Berlanga comenzó a retroceder, cambió su actitud 180º, y desde allí sólo atinó al más básico de los instintos del ser humano: el de conservación.
¿Pero es Berlanga un record Guinness con sus 14 KO en el 1º round desde el inicio de una carrera?
No. De hecho, no podemos olvidarnos del venezolano Edwin Valero, El Inca, el extraordinario campeón superpluma AMB y ligero AMB/CMB.
Valero terminó con 27-0-0, 27 KO, y sus primeras 18 victorias fueron por KO 1. En la 19 recién ganó en el 2º ante el mexicano Genaro Trazancos, quien logró la hazaña de aguantarle una vuelta en pie.
La historia fue injustamente trágica con él, quien se suicidó ahorcándose con sus propios pantalones en una celda venezolana, donde quedó alojado tras asesinar a su esposa, crimen pasional que él mismo confesó, a raíz de un triángulo amoroso, según trascendió.
Otras fuentes niegan la versión y la atribuyen a un trasfondo político (Valero era ultra chavista), y dicen que fue asesinado en la cárcel. Incluso se pone en duda –pese a su confesión- el crimen de su esposa.
Pero tampoco Valero ostenta el record de nocauts en el 1º round desde el inicio. Hay dos púgiles que lo superan: uno es el estadounidense Tyrone Brunson (35 años) y otro el yemenita Ali Raymi, un soldado que comenzó tarde en el oficio de los guantes, con muchas peleas incomprobables, que no obstante fueron validadas. El primero llegó a 19 KO en el 1º round desde el debut, y el segundo a 20, y por eso es hasta ahora el líder en ese rubro.
Curiosamente, ninguno de los dos fueron campeones mundiales. Brunson porque cuando la competencia fue aumentando de nivel comenzó a perder eficacia, e incluso vinieron las derrotas, ya que hasta entonces casi todos sus rivales –contrariamente a lo de Berlanga- habían sido debutantes o de record negativo, salvo una excepción.
Raymi, mucho más curiosamente, también falleció (a los 41 años) a raíz de una explosión en un conflicto civil.
Había debutado en 2011 a los 37 años, y falleció en 2015, con un record de 25-0-0, 25 KO, todos en su país, con una particularidad: la mayoría de sus rivales eran invictos, pero con menos de un dígito de peleas, o debutantes (en las primeras 10, la mitad eran debutantes y la otra de 1 sola pelea).
Sin embargo no hay punto de comparación en cuanto al medio en que cada cual ejerció su carrera, ya que no es lo mismo USA que Yemen.
Berlanga amenaza con destrozar todos los records, si sigue en esta senda. “El Elegido”, tal su apodo, por fortaleza, precisión, altura, alcance, juventud, y por sobre todo, por su demoledora pegada, que ejecuta con maestría y celeridad, posee los condimentos para convertirse en estrella mundial prontamente, y hasta para invadir la mediopesado y crucero.
Es más; está empíricamente en el camino del Canelo Álvarez, ya que el azteca no tardaría en afincarse en los 76,200 kg, e incluso ya probó exitosamente los 79,400 de la mediopesado.
El mundo del boxeo espera a otro noqueador fulmíneo en el alto nivel, porque a decir verdad, en ese rubro nadie tomó la posta de Tyson.
No hablamos de ganar por KO. Eso es otra cosa. Matthysse ganaba por KO, Golovkin también, pero lejos están de encasillarse en ese rubro. Chocolatito Román, Gervonta Davis, Lomachenko, muchos tienen buenos registros numéricos de KO, pero no puede llamárselos noqueadores, porque llegan a él boxeando mayoritariamente, y no de una mano.c
Incluso Anthony Joshua y Deontay Wilder, los dos pesados más contundentes de la última década, no alcanzarían la vara por diferentes razones, entre ellas, la calidad de oponentes.
Una cosa es ganar por KO y otra ser noqueador (de una mano), de esos que meten miedo. Pasa en el fútbol entre quienes son goleadores de oficio y los que hacen goles por su excelencia en el juego.
De Tyson no importaba si boxeaba bien o mal. Tampoco si noqueaba o no. Lo importante era verlo en acción y ulular a cada mandoble. Y ver –además de un KO- el efecto generado, ingrediente indispensable que califica su grado de calidad, que es en definitiva lo que transmite esa adrenalina y estimula sensaciones ingobernables, incluyendo el morbo.
Los noqueadores no son mejores, ni invencibles. Simplemente son magnéticos, porque irradian energía propia por sus poros, que trasciende un ring y una pantalla. Y porque sencillamente, son una raza en extinción.