Como nunca, el crecimiento de la masa societaria de Boca, puso de cara a la dirigencia de tomar una decisión de manera casi urgente respecto de qué hacer con la Bombonera.
En las últimas elecciones, celebradas en diciembre de 2015, fueron 102.000 la cantidad de asociados que estuvieron en condiciones de votar. Pero la cantidad de socios es de unos 170.000, producto de las admisiones que tuvieron lugar fundamentalmente tras los éxitos de la década pasada y que obligaron a instrumentar cláusulas restrictivas. Sin ir más lejos, en el último partido de local, ante Unión de Santa Fe, al cual Boca llegó ya campeón y festejó la obtención del título, no pudieron ir aquellos socios que no hubieran concurrido al menos en cuatro de los siete encuentros que hasta ese momento Boca había disputado en 2017.
Por eso, la reunión que se llevó a cabo el 11 de julio pasado, se puede decir que fue refundacional para el mítico estadio del barrio de la Boca.
En la misma, (de la cual participaron catorce de los quince nucleamientos políticos y uno de ellos expresó su adhesión mediante una nota) se sentaron las bases para remodelar la cancha, en detrimento de la idea de hacerlo en otro lugar. Todo ello, está atado a la aceptación de los vecinos de las dos medias manzanas (Del Valle Iberlucea entre Brandsen y Aristóbulo del Valle), de aceptar al propuesta del club para vender sus propiedades.
Una de las iniciativas, que fue considerada “inviable” resultó ser la curiosa que presentó el arquitecto esloveno Tomas Camarnik, que es discípulo de su compatriota Víctor Dulcic quien junto con el ingeniero argentino José Luis Delpini y Raúl Bes, diseñaron la cancha y recibieron un premio, debido a lo que hicieron, teniendo en cuenta las reducidas dimensiones del complejo.
La propuesta, que no contempla la demolición de casas linderas, pero que tenía un costo de 300.000.000 de pesos, consistía en la elevación de una estructura colgante y la instalación de paneles solares, “ante lo inevitable del calentamiento global” de acuerdo a lo afirmado por un Camarnik que, desde hace siete años visita la Bombonera.
Es este justamente otro de los aspectos a tener en cuenta, ya que la clásica estructura de los palcos, opera como una verdadera barrera de oposición al ingreso de los rayos solares y eso termina teniendo su incidencia en un campo de juego que más de una vez le dio dolores de cabeza a las autoridades boquenses.
En suma, hace 26 días se tomó una decisión clave, respecto del futuro de lo que los hinchas consideran un templo. La directiva confía en convencer a los vecinos de la mudanza y afirman que los fondos están. . Falta el cómo, nada menos...
El ex presidente del club, Jorge Amor Ameal, brindó un moderado apoyo a lo que se acordó en aquella reunión, le explicó a DIARIO POPULAR los alcances de su proyecto Bombonera 360 y habló del “sueño” de cerrar el estadio.
Fue uno de sus “caballitos de batalla” en aquella campaña electoral en donde perdió por poca diferencia ante Daniel Angelici. De todos modos, Jorge Amor Ameal continúa con su proyecto Bombonera 360.
El bajo porteño no detiene su ritmo febril y en su oficina, Ameal nos recibe y recuerda que: “Para nosotros es una prioridad. Cuando fui presidente ya planteaba esto, porque la demanda era importante y queríamos cumplir el sueño de cerrar la Bombonera”.
Al mismo tiempo explicó que: “El proyecto contempla ampliar la capacidad a 78.000 personas. Esto implica una mayor capacidad con un 70% para populares y 30% para plateas, porque en lugar de seguridad, creemos que el púbico sentado trae exclusión. Creemos que hay que abolir la ley Moscariello (N de la R: 75% de los espectadores sentados), porque eso castiga económicamente a los socios. Es una definición del carácter popular del club”.
A su vez aclaró que “no participamos de la reunión en donde la Comisión Directiva, hace menos de un mes, porque a gastronómicas no vamos. Por el momento, es una foto y nosotros queremos ver la película completa. Pero estamos de acuerdo con no movernos. Es algo que nos pone muy feliz. La Bombonera y el barrio son indivisibles. El hincha no quiere irse de La Boca. Enviamos una nota. Cuando se materialice la obra, enviaremos nuestros equipos técnicos. Lástima que se perdió tiempo”. Con respecto a la compra de las dos medias manzanas ponderó que “es lógico que cada uno defienda su patrimonio, no hay ningún problema para resolverlo y sin participación privada, porque no creemos en las sociedades anónimas. Tenemos trabajada la ingeniería financiera y la encuesta nos dio más del 80% de aprobación por parte de los vecinos. Son dos manzanas que van, por Del Valle Iberlucea, desde Brandsen, hasta Aristóbulo del Valle”.
En tanto que el arquitecto y socio de la entidad, Carlos Navarro, dio detalles de como será la obra: “Se trata de la compra de las dos medias manzanas. Se hace en dos etapas y estamos seguros de que Boca no necesitará, durante el tiempo que dure la obra, tener que hacer de local en otros estadios. Comenzará por detrás de los palcos y luego, por una cuestión de seguridad, se reduce la capacidad”.
Otro de los proyectos es el que presentó, en las elecciones de 2015, José Beraldi. El mismo se trata de ampliar en 23.000 lugares la Bombonera. En este caso, no sobre la base de una compra, sino de la construcción de dos torres de edificios, uno en cada punta. O sea, uno en la esquina de Brandsen y otra en la ochava con Aristóbulo del Valle. La misma demandaría cuatro años, en cuatro etapas que involucran el campo de juego, ampliación de número de asientos, hotel, estacionamiento, viviendas y nuevos usos de comercio.
“Somos el equipo más grande y a partir de este proyecto vamos a tener el estadio más grande de la Argentina”. Y agregó: “Con el equipo de trabajo logramos consolidar un proyecto único, integrador, que tiene en cuenta al barrio y su cultura”.
Con relación al actual boceto, el arquitecto Pablo Abbatángelo, autor del proyecto de Beraldi opinó que “se trata de una alternativa válida, porque la realizó un discípulo de Sulcic, aunque el problema que percibo es que deberán achicarse nuevamente las dimensiones del campo de juego”.
Con las últimas modificaciones, la capacidad de la Bombonera ha quedado reducida a 49.000 espectadores con lo cual, la remodelación es imperiosa.
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