Por una incidencia de juego volaron piñas entre ambos en el entrenamiento de fútbol. Russo paró la práctica pero al rato siguió todo como si nada. Tanto el delantero como el arquero se disculparon y todo quedó archivado.
En el fútbol, los resultados suelen ser el detonador básico para los estados de ánimo, de protagonistas e hinchas. Por eso, luego de las tres victorias seguidas (frente a San Lorenzo, Olimpo y Colón), en la Academia era todo “color de rosa”, pero las derrotas ante Estudiantes y Lanús, inundaron de incertidumbre el futuro del equipo de Russo en el actual torneo Clausura y ese nuevo clima de nerviosismo se reflejó ayer en una pelea que protagonizaron Mauro Dobler y Teófilo Gutiérrez en plena práctica de fútbol del conjunto de Avellaneda.
El incidente se registró en la segunda parte del entrenamiento que desarrolló el primer equipo de Racing en el estadio de Avellaneda, cuando estaban jugando titulares y suplentes. Teófilo Gutiérrez, ya había marcado un tanto para el elenco principal, sobre la valla de Mauro Dobler, y cuando los dos jugadores fueron a disputar un balón dentro del área, se generó el conflicto que arrancó con una discusión, y en dos segundos se transformó en una pelea, con intercambio de golpes.
La situación se desnaturalizó cuando se dio un choque de los habituales en el fútbol. Porque Dobler salió rápido del arco y se quedó con el balón que buscaba Teófilo Gutiérrez. Allí, el colombiano no se frenó a tiempo y lo embistió desde atrás, al arquero.
A Dobler no le agradó ser chocado desde atrás, se dio me dio vuelta y le increpó la actitud a Teófilo Gutiérrez, quien primero insinuó un pedido de disculpas y después, al ver la vehemencia que demostraba el arquero en el reproche, le contestó con un agravio verbal, e inmediatamente los protagonistas pasaron a las manos. El disparador del incidencia fue la actitud de Dobler, que reaccionó violentamente ante un choque normal y típico del fútbol, Pero Teófilo Gutiérrez, en vez de ponerle paños fríos al tema, se puso en guardia, y ante la mirada de periodistas e hinchas, y el seguimiento de las cámaras, fue cómplice con el arquero para transformar una de las área de la cancha de Racing en un ring de boxeo.
La pelea duró unos segundos, los dos lanzaron sus puños al aire, no hubo ningún golpe contundente, y rápidamente aparecieron en escena Franco Zuculini y Raúl Poblaba para detener la pelea y separar a los contendientes.
Esta pelea modificó el clima interno de Racing, porque hasta el propio Miguel Russo dejó en claro su fastidio con la situación, aunque se informó que por la intermediación del resto del plantel y del propio cuerpo técnico, Teófilo Gutiérrez y Mauro Dobler hablaron en el vestuario, se pidieron disculpas, y archivaron la discusión como un típico momento de “calentura” que se genera en el fútbol.
Pablo Lugüercio se presentó a hablar en conferencia de prensa y no pudo estar al margen del tema, porque el delantero comentó: “estas cosas suelen pasar en el fútbol. Yo estuve en varios planteles y en las práctica siempre hay una discusión, un insulto, y una pelea, con piñas al aire. Lo que acá nos sorprendió a todos fue que Teo y Dobler son dos buenas personas, muy tranquilas, y que no suelen reaccionar así. Lo bueno es que hablaron en el vestuario y la cosa terminó ahí”.
En algún momento, se especuló con que Russo podría elevar un informe a los dirigentes para que se pudiera tomar alguna medida disciplinaria, como una sanción económica, para evitar que incidentes como el que se dio ayer en Avellaneda se repita en el futuro de Racing. Pero fuentes del club dijeron que el entrenador habló con los protagonistas, les generó “un reto”, y dejaría el tema allí, para que encuentre un punto final, aunque la realidad es que a partir de la presencia de los periodistas en el entrenamiento, y a las cámaras de los canales de noticias, la pelea tomó una gran trascendencia, tal vez ajena a la que le dieron jugadores e integrantes del cuerpo técnico en la intimidad del plantel.
Informe por MARIANO BOURGAREL