A partir del trabajo enfocado en la dinámica de la economía, la creación de productos a medida y tecnología, el Banco Ciudad apoya microemeprendedores.

Personas físicas, emprendedores, micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMEs), de todos los sectores y regiones del país, dieron impulso a sus actividades a través de los créditos y los distintos servicios bancarios hoy desplegados en las plataformas digitales, además de las tradicionales sucursales de cercanía.

Los últimos datos indican que, gracias a la transformación digital, 4 de cada 10 adultos en Argentina tienen abiertas sus carpetas crediticias.

Hemos sido testigos y protagonistas desde el Banco Ciudad del movimiento que cobraron muchas iniciativas privadas a las que antes se les dificultaba la operatoria con las instituciones del sistema financiero. Por más que existían distintas políticas oficiales específicas orientadas al sector Pyme, recién con la revolución digital la inclusión financiera dio un salto importante y tuvo un alcance masivo.

Entre el anuncio de líneas y la concreción práctica de los créditos, se necesita construir puentes que un emprendedor pueda transitar. Los mecanismos se han ido aceitando y quiero mencionar como ejemplo al sector de los microemprendedores, muchos ubicados en la base de la pirámide social y entre los que integran la denominada economía social o popular. Se trata de un segmento que históricamente se nutría de vías alternativas o informales de préstamos, a tasas de interés que duplicaban o más a las del sistema financiero.

A partir del trabajo enfocado en la dinámica específica de la economía y actividades del sector, con la creación de productos a medida y la incorporación de tecnología y herramientas digitales, se están formalizando y accediendo a financiamiento muy competitivo un número cada vez mayor de microemprendedores.

Más de 8.000 préstamos

Por caso, el Banco Ciudad otorgó en los últimos 12 meses más de 8.000 préstamos, por un total que supera los $2.000MM, en hasta 36 meses. El 80% de esos préstamos fueron otorgados con una tasa del 53 por ciento (TNA). Nos ocupamos también de propiciar la toma de deuda de mayor plazo, que ayuda a los emprendedores a organizar mejor sus finanzas y fomenta su crecimiento. A este segmento históricamente por su informalidad se lo financió “de corto” y eso los llevaba a incumplir o a postergar su crecimiento.

Nosotros nos ocupamos de entender cada negocio y ofrecer una financiación en los plazos de repago naturales para cada caso. Para dar algunos ejemplos, para el caso de los talleres textiles, buscamos dar préstamos de corto para el capital de trabajo (tela) y préstamos de largo para los bienes de capital (máquina de coser).

Este ejemplo nos pasa también con los quinteros que necesitan por un lado semillas y por otro tractores o invernáculos, y así con cada actividad, por eso es importante que no sólo les otorguemos una calificación con buena tasa, sino que ese financiamiento esté calzado de forma tal que los ayude a crecer. Esto hace que tengamos clientes que ya han sacado hasta 10 créditos y siguen eligiendo estos préstamos porque están adaptados a su movimiento económico.

Microemprendedores respaldados por el Banco Ciudad

Pero los números no son más que eso, en cambio las historias que encierran resultan mucho más elocuentes para que cualquiera pueda ver reflejado su caso en situaciones afines.

Repasando las carpetas encontramos algunos ejemplos que corroboran la democratización crediticia que venimos señalando:

Los oficiales de crédito suelen mencionar a Prudencio, de Isidro Casanova, siempre dedicado a las prendas de lana, tanto en verano como en invierno. Su relación con el Banco viene de largo, antes financiaba su giro comercial en la feria La Salada, pero actualmente atiende a clientes fijos por pedido.

El último préstamo que obtuvo fue por 800 mil pesos, a una tasa del 53 por ciento y a devolver en 24 cuotas, y estuvo destinado al hilado para la confección de ropa para la temporada de verano. A su vez, constituyó una red comercial afín, una especie de proyecto conjunto con su hija Deysi y su yerno Eddi, quienes también acudieron al financiamiento bancario para adquirir una plancha para sublimar prendas; obtuvieron unos 305.000 pesos en 24 cuotas.

Acerca de la evolución del negocio cuenta que, en el primer préstamo alquilaban y hoy tienen vivienda propia en el barrio 9 de Abril, desde donde abastecen los pedidos en cantidad que les hacen desde La Salada. En la carpeta de Prudencio figura un historial de más de seis créditos otorgados, cuyas cuotas siempre pagó puntual.

Desde 2019, un comercio del barrio de La Boca que lleva 10 años en la compra y venta de calzados infantiles -Chiquilín Bazar Grimaldina-, primero financió mercadería y posteriormente la ampliación del local.

Otro emprendedor que se financia para crecer es Víctor, de 63 años, dueño junto con su esposa de un minimercado que también funciona desde hace 10 años en el barrio General Savio (en Villa Lugano): van por el segundo préstamo por 500 mil pesos. El primero lo destinaron a la compra de artículos de librería, y el siguiente fue para adquirir máquinas para la carnicería. Y ya avisó que irá por nueva financiación para la renovación del vehículo.

Para cerrar esta recorrida con interesantes experiencias, quiero mencionar a una migrante venezolana, Lizabeth, quien, tras sufrir dos secuestros exprés en el barrio Paraíso de Caracas, decidió vender todo y venir a probar suerte en Argentina. El suyo fue uno de los 272 mil permisos de residencias que concedió el gobierno argentino entre 2018 y 2021.

Si bien Lizabeth es consultora en temas administrativos, se inclinó junto a su hermana Jenny por la actividad gastronómica, con la idea de abrir en Buenos Aires una cafetería, pero finalmente instalaron Dona, la primera panadería con productos típicos de la comunidad que más crece en el país desde 2018, en la esquina de Paraguay y Jean Jaurés.

La satisfacción que nos depara es que le haya ido bien después del empujón crediticio inicial que se le diera desde el sistema financiero argentino, a pesar de todos los vaivenes de nuestra economía.

Podemos concluir que, en general, los emprendedores, junto con su enorme esfuerzo, cuentan con visión de negocio y utilizan las soluciones que varios bancos hemos desplegado para las microfinanzas, para estar en constante crecimiento partiendo casi desde cero.

Fernando Elías, vicepresidente del Banco Ciudad

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