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Las clases virtuales resultan el punto de partida para el acoso posterior que padecen las víctimas. El fenómeno se repite en todo el mundo, y en Argentina la cifra mantiene en alerta a las autoridades
Anabella tiene 13 años y durante una semana padeció lo que se conoce como ciberbullying por parte de chicos que la conocen de la escuela y que en el último tiempo comparten clases virtuales por la cuarentena. Por la situación, ocurrida en la zona del barrio de Caballito, debió intervenir la institución educativa y la víctima se encuentra con asistencia psicológica. Esta modalidad de maltrato se presenta en formato de burlas, fotos privadas que se exponen, información falsa, amenazas y otras. En este tiempo de pandemia, los casos en Argentina ya superan los 20.000.
Según un informe elaborado por el Equipo Multidisciplinario de la ONG Internacional Bullying Sin Fronteras, el 33% de los niños y adolescentes de América del Norte, Central y América del Sur y España, afirmaron haber sido víctimas de ciberbullying o ciberacoso durante la cuarentena originada en la pandemia de coronavirus que afectó y afecta al mundo entero durante este 2020.
"Sin embargo una fracción de esos casos se denuncia en la justicia o la Policía. Y aunque los casos de acoso han aumentado de manera notable entre los jóvenes de 13 a 17 años, los más pequeños (menores de 6 a 12 años) continúan siendo un sector muy vulnerable. Los 10 países que han sufrido más ciberbullying en cuarentena son Estados Unidos con más de 100 mil casos denunciados, España con 50.000 casos, México con 48.000 casos, Colombia con 28.000 casos, Argentina con 20.000 casos, Chile con 19.000 casos, Perú con 18.000 casos, Bolivia con 15.000 casos, Ecuador con 14.000 casos, Guatemala con12.000 casos y Costa Rica con 11.000 casos", sostiene el trabajo, dirigido por el abogado Javier Miglino.
Twitter, Facebook e Instagram como instrumentos de tortura. Tal y como desvela el estudio, la forma más habitual de agresión online es el envío de mensajes desagradables, envío de fotos con texto, mundialmente conocidas como "memes" y envío continuo de mensajes con el único objetivo de hostigar.
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"Las nuevas tecnologías como las tablets o los teléfonos inteligentes permiten manejar las redes sociales a su antojo, a los acosadores y las empresas como Twitter, Facebook o Instagram hacen muy poco al respecto. Es que los niños y adolescentes están pasando más tiempo frente a las pantallas y eso permite que un niño en México DF pueda hostigar a un compañero de clases, que no puede contactar de otro modo, en la más absoluta impunidad", sostuvo Miglino.
El ciberbullying es difícil de detectar:. "Según la definición consensuada por Bullying Sin Fronteras y la UNESCO, el acoso escolar y/o acoso cibernético es una situación de sufrimiento, desasosiego, y angustia. Reiterado el comportamiento en el tiempo puede causar enfermedades y trastornos mentales e incluso la muerte por suicidio u homicidio, por lo que merece la mayor atención posible por parte de los adultos, a efectos de evitar este peligroso comportamiento", dijo Miglino, fundador de Bullying Sin Fronteras.
Los padres deben involucrarse. "Como los niños y los adolescentes tienen sus propios códigos de comportamiento, no siempre resulta sencillo enterarse de la situación de hostigamiento, lo que en general hace que cuando los padres toman nota de la situación, la víctima ya ha padecido un auténtico calvario", dijo Miglino.
Los padres son fundamentales a la hora de parar el acoso. En todos los casos deben estar atentos a algunas señales de alerta como continuos dolores de cabeza o de estómago; tristeza, retraimiento, silencios prolongados; alteraciones del sueño e irritabilidad; niños y/o jóvenes que están muy pendientes de lo que ocurre en el espacio digital.
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