No hay que confundir, por supuesto, con
Betocarrancear, cuyo significado es bien claro:
acción de aprovechar los primeros años de plenitud futbolística para hacer una carrera digna y después dilatarla innecesariamente, cambiando de equipo cada 6 meses y/o jugando en ligas de escasa competitividad, donde fácilmente se pierde el prestigio a cambio de unos pocos pesos. Robar con el nombre, bah.
Lo curioso es que después de haberse retirado, el
Tweety Carrario volvió a las andadas para terminar conjugando los dos verbos. Hagamos un repaso de su carrera:
Arrancó en
Central Córdoba de Rosario en la temporada 1993/94. Después pasó por
Talleres de Córdoba (1994/95),
Racing Club (1995/96),
Boca (1996),
Unión de Santa Fe (1997),
Deportivo Español (1997/98, donde le prometieron mil dólares por cada gol),
Chacarita (1998 a 2001),
Deportivo Italchacao de Venezuela (2002),
Olimpo de Bahía Blanca (2002/2003),
Lanús (2003),
Quilmes (2004),
Argentinos Juniors (2005), otra vez
Quilmes (2006), un nuevo paso por
Olimpo (2006/07),
Aldosivi de Mar del Plata (2007) y
Bolívar de Bolivia (2008), donde se retiró para dedicarse a la dirección técnica.
Su experiencia como entrenador en la Primera B no fue positiva. En 2008 se hizo cargo de un
Central Córdoba de Rosario que apostó fuerte con las contrataciones de renombre y con la realización de un reality show, al mejor estilo
Atlas,
la otra pasión. El rendimiento del equipo, sin embargo, dejó mucho que desear y provocó que algunos referentes del plantel, como el arquero
Luciano Palos, declarara:
“Si no ponemos huevos nos van a seguir ganando. Hasta una mujer se da cuenta de que faltó voluntad. Adentro de la cancha nos putean a todos por igual. Si no ganamos nos tenemos que ir a la mierda”. Con apenas 2 triunfos, 2 empates y 6 derrotas, el primero que se tuvo que ir fue el
Tweety. Para colmo, el programa de TV nunca salió al aire.
A pesar de todo, los últimos años de Carrario no han tenido nada que envidiarle a los de su juventud. Como veterano ha integrado distintos planteles, como el de
Chacarita,
Argentinos Juniors en el Súper 8 y
Unión de Santa Fe en el Futsal.
Además, se las arregló para seguir dando órdenes desde el banco. En 2011 se puso el buzo de DT de
Gurei Tzión, un equipo de la comunidad judía, y unos meses más tarde dirigió a
Central Ballester en la Primera D.
Lo más curioso, sin embargo, es que entre tantas actividades paralelas el
Tweety sigue buscando (y encontrando) las posibilidades de jugar oficialmente, por los puntos y cobrando un sueldo. O algo parecido a eso.
En 2010 vistió la camiseta de
Huracán de Madariaga en la liga local. Al año siguiente se sumó a
Unión de Del Viso, junto al
Flaco Jorge Vivaldo, y ambos
participaron de una gresca cuando quedaron eliminados del Torneo Argentino C.
¿Más? Sí, más. En marzo de este año estuvo
jugando unos amistosos para el Arias Foot Ball Club de Córdoba, donde finalmente no fichó.
Donde sí puso la firma fue en
Centro Bancario de Gualeguay. Llegó en abril y después de su primer partido declaró:
"Vengo de un parate importante porque en el verano no hice nada y engordé. De 82 kilos me fui a 87, 88, pero me pongo bien enseguida. Ya dejé el pan, las gaseosas y el alcohol. Voy a tratar de venir todos los fines de semana".
El mes próximo el inoxidable
Tweetty cumplirá 41 años. Ya pasó por 17 equipos y todavía quiere más. A lo mejor él también siente un vacío, pero adentro de un pan y con una coca al lado (?). Eso es amor a la gui... al fútbol.