Álvaro Teruel alcanza un singular debut en cine con Punto Ciego en la que tiró, según dijo, "toda la carne al asador". El nochero, protagonista de la ópera prima de Martín Basterretche, que hace poco más de una década y media estudia actuación en Buenos Aires, no afirma ni descarta que la película sea el comienzo de una carrera -todo parece indicar que regresará a la pantalla- y de lo que sí se manifiesta seguro es de tener aún mucho para entregarle al grupo salteño que integra desde 2005. El mismo film que se estrena el jueves, al final, siembra otra intriga: Alvaro interpreta el tema que cierra la historia, Vuelve, que pronto tendrá su clip y, claro, aparece la sospecha de un pronto lanzamiento solista, que descarta con la misma frase sobre su lugar en Los Nocheros. "
l ¿Cómo se dio tu llegada al cine y cómo atravesaste la experiencia del rodaje?
-Pasa que como estudio actuación, voy al teatro y al cine, la vida te va llevando para ese lado... Específicamente ocurrió que cuando hacíamos el musical con Los Tekis, Sebastián Irigo, que hizo la puesta y el libro del espectáculo, sabiendo que estudio teatro me avisó que la productora Clase B estaba buscando actores y me contactó con Luis Longhi, que además de actuar en Punto Ciego estuvo a cargo del casting. Hice la prueba y quedé. Y el rodaje lo disfruté, la verdad. Ya había tenido una pequeña participación en una película, pero ahora fue muy distinto porque la otra vez fui un día y listo y ahora tenía que estar dos semanas dedicado a la película. Tenés que estar fresco para el momento de filmar, no podés perder energía con otras cosas, no salir porque al otro día empezás a las 6, debés cuidarte del sol para no estar distinto y preocuparte porque no te salga ni un granito. Para mí, que soy demasiado inquieto, fue un desafío.
l Punto Ciego es un thriller con toques románticos, pero habla de la obsesión del artista. ¿En qué te identificás o diferenciás con la película y con tu personaje, un cineasta que al final subordina todo a su obra?
-La obsesión del artista está bien planteada en ese paralelismo entre la realidad y lo que la persona quiere mostrar. En Los Nocheros también aparece la obsesión, que es la pasión que nos lleva al compromiso con la música. Por ejemplo, por las satisfacciones que nos da el grupo vamos todos los fines de semana a dónde nos lleva la música. No tenemos fines de semana para otra cosa. El artista se entrega a lo que le depare la pasión... Y yo voy suelto, liviano de equipaje a dónde me lleve la inquietud artística.
l ¿Y tenés idea para qué lugar te puede llevar?-Tengo muy claro que las cosas las elijo día a día. Lo hago leyendo una novela, haciendo una escala para vocalizar... Creo mucho en la suma de los días y después es lo que la vida tenga para ofrecerme.
l ¿Pero vas a dedicarte a la actuación? ¿Te planteás hacer más cine?
-Me encantaría volver a hacer cine. Pero no cambio por nada el hecho de seguir cantando. Se pueden hacer las dos cosas a la vez: los fines de semana soy cantor.
l ¿Y un disco solista?-Quiero darle más al grupo. Seguir involucrándome, componer con los compañeros. Ahora sacamos un disco nuevo con el que festejamos los treinta años y vamos a tocar mucho. Le voy a poner voz y corazón a Los Nocheros.
l ¿Cómo resultó actuar con otro cantante, Guillermo Fernández y qué relación se estableció con el director, de quien sos el alter ego en la película?
-Tenía que comprender profundamente a Martín para saber más del personaje y hacerlo mejor. Hablamos mucho... para él también fue un comienzo. Hablamos del rol y también trabajamos algunas frases para que me quedaran fluidas, para cambiarlas sin modificar el sentido. Por suerte el director también había hecho el guión. Y trabajar con Guillermo fue muy lindo. Es una persona hermosa, simpática, que hizo una actuación muy precisa. Compartimos charlas, cenas, algún vino... Creo que el afecto es la base de todo. Del vínculo con otra persona y también de un trabajo como éste, que va a depender de cómo fluyas con el otro.
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