En la década del ´90, Donald Trump no se perfilaba ni de lejos como el futuro presidente de los EEUU sino como uno de los empresarios más famosos de ese país, que se codeaba con el jet set.
A pesar de que 1992 no fue su mejor año en lo personal ya que debió afrontar un costosísimo divorcio de Ivana Trump (con quien se casó en 1977), fue ese el año en el que quedó inmortalizado en la gran pantalla.
Ocurre que antes de convertirse en anfitrión de algunos de los reality shows más famosos de EEUU, Donald tuvo un pequeño papel en Mi pobre angelito 2: Perdido en Nueva York (Home Alone 2: Lost in New York), la secuela del clásico navideño protagonizado por Macalau Culkin.
Consultado sobre su participación en una conferencia de prensa con soldados apostados alrededor del mundo, Trump se mostró honrado de haber estado "involucrado en algo así".
"Era un poco más joven, por decirlo suavemente", dijo Trump y de alguna manera consideró que su participación contribuyó a hacer del film "un gran éxito navideño, uno de los más grandes".
El cameo que protagonizó junto a Culkin tenía su razón de ser: Trump acababa de adquirir el Hotel Plaza de Nueva York en el que se rodaron varias escenas que tenían por protagonista a Kevin McCallister.
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