La amplia reforma estética a la que se sometió la joven Charlotte Caniggia no fue bien recibida por su padre, el futbolista Claudio Paul, quien terminó aceptando estos cambios con la esperanza de que su hija emprendiera una carrera como modelo, al menos.
Pero si hay algo que caracteriza a los jóvenes Caniggia es la falta de espíritu de sacrificio, que caracterizó los inicios de la carrera de su padre, y por eso Charlotte –que cambió su fisonomía hace más de un mes- todavía no dio señales de cambio de actitud alguno.
Esto motivó la ira de su padre, quien se terminó de hartar de ella. "Estoy cansado de que se la pase en los boliches- habría dicho el pájaro, según publicó la revista Pronto de esta semana-. Que se decida: o se pone a trabajar o vuelve y estudia, pero tienen que hacer algo productivo con su vida".