¡Qué fecha para los metaleros! Mucho más que emotiva. Bajo el lema "Pumpkins United" (“Calabazas unidas”), Helloween regresó a la Argentina para brindar un show exquisito en el místico Luna Park con reunión cubre de su formación clásica después de unos eternos 24 años.
Fue impactante ver a Michael Kiske y Michael Weikath juntos en el escenario después de que estuvieran más de dos décadas sin dirigirse la palabra. Y mucho más allá del big Bang visual, escucharlos junto a Kai Hansen y Markus Grosskopf fue zarpado.
Unas 7 mil almas manijas de distorsión, vibraron con este póker de bestias de Helloween secundados por Andi Deris en voz, Sascha Gerstner en la otra viola, y Dani Löble en la batería.
Tres horas de show al recontra palo que pasaron al toque. Sonaron tremendos, con mucha energía, expresión, una ejecución de maestros. Con ese nivel que uno espera cuando va a ver un espectáculo de este calibre y con el precio de las entradas en la actual escena.
Cuando comenzó la gira "Pumpkins United", el 19 de octubre, durante el primer reci Las Cababazas en Monterrey, México, los fans acusaron a Michael Kiske de hacer playback. Qué garrón, obviamente más allá de que se dijo que el cantante tenía problemas de salud.
Pero lo que dejó de experiencia la visita al Luna y a estar tierras que emanan metal, es otra cosa. La única sensación que se acerca al supuesto playback del que hablaron en México en el comienzo de la gira "Pumpkins United", es que Helloween sonó como un disco.
Después se podrán decir muchas cosas, como pasa siempre con la gente en todas partes del mundo, y los músicos consagrados. Acá, en este caso, los que pisaron el otro día el Luna Park para vivir en carne propia la reunión cumbre de Michael Kiske y Michael Weikath con todos los Helloween históricos palparon calidad, y diversión absoluta.
Cero quejas, salvo las ganas de sacudir más las cabalazas. Ojalá que sigan. Que esta reunión no haya sido solo por esta gira denominada "Pumpkins United". Porque las Cabalazas Unidas jamás serán vencidas...
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