Hace medio siglo nacía este agente secreto pulcro pero mortífero que lucía trajes finos, conducía un Aston Martin, prefería sus martinis agitados, no revueltos, y se presentaba a sí mismo como “Bond, James Bond”.
James Bond, el superespía 007, “con licencia para matar”, cumple 50 años y lo celebra en su país natal pero también en el resto del mundo se está preparando la típica torta con las 50 velitas.
En efecto, el 5 de octubre de 1962 se estrenaba en Londres el primer film de la serie más larga y exitosa del cine: Dr. No. (El Satánico Dr. No), protagonizada por un actor escocés, Sean Connery, hasta entonces desconocido pero que en este medio siglo ha quedado identificado con el personaje creado por Ian Fleming, a pesar de haberse negado a interpretarlo a partir de 1967 con el quinto episodio, You Only Live Twice (Sólo se vive dos veces).
En el mundo entero se verán, en cine, televisión y DVD, las 23 películas de la serie menos, por supuesto, la última: Skyfall, de Sam Mendes, con Daniel Craig en su tercera personificación, que se estrena el 23 de octubre en Gran Bretaña y el 9 de noviembre en la mayor parte del planeta.
¿Cuál es el secreto de su supervivencia? Su familiaridad, dice Roger Moore, quien interpretó a Bond en siete películas, más que cualquier otro actor. “Es como un cuento infantil: mientras uno no se aleje demasiado del original, el niño estará feliz”, dijo Moore. “El público recibe lo que espera: chicas hermosas, acción, artilugios. Es una fórmula”.
Desde entonces, Bond ha sobrevivido enfrentamientos con supervillanos, ha superado la revolución social de los años 60, los problemas financieros y demandas, múltiples cambios de actor protagónico, el final de la Guerra Fría y la llegada de la guerra contra el terrorismo. Su supervivencia es el resultado de atractivo, tenacidad y suerte.
Las locaciones alrededor del mundo y hasta en el espacio exterior; las secuencias peligrosas que desafían la ley de la gravedad; los cinturones cohete, los autos-submarinos y otros artefactos; los villanos megalómanos y sus sádicos secuaces, todos se convirtieron rápidamente en parte de la marca Bond. De igual modo lo hicieron las canciones principales, muchas de ellas interpretadas por grandes estrellas del momento, desde Paul McCartney (Vive y deja Morir) hasta Madonna (Otro día para Morir).
Las chicas Bond
Y por supuesto están las “chicas Bond”, víctimas o villanas, funestas y a veces fatalmente atraídas a 007. Las sensuales compañeras de Bond siempre han proporcionado munición para la crítica, que ha acusado los films de sexistas, mientras otros argumentan que ofrecen bombones para todos los gustos: Ursula Andress en un bikini, pero también Daniel Craig en su ajustado traje de baño azul.
Al igual que su héroe, la serie ha tenido muchas experiencias casi mortales. Connery renunció disgustado después de seis películas y hubo una prolongada batalla legal con el guionista Kevin McClory por los derechos del guión de Operación Trueno. El resultado fue la cinta no oficial de Bond Nunca digas Nunca Jamás, en la que Connery, entonces de 52 años, regresó después de una década para interpretar al espía.
El ex modelo George Lazenby duró sólo una película, “Al servicio secreto de su majestad” de 1969, un relato oscuro entre los favoritos de muchos de los fans. Entonces llegó Moore para llevar a Bond en una dirección más ligera en los 70.
El público no recibió con tanto beneplácito a un Bond más duro interpretado por Timothy Dalton en los 80, pero el superagente de Pierce Brosnan encajó bien con la era optimista que siguió a la Guerra Fría.
Los ataques terroristas del 11 de setiembre de 2001 produjeron un cambio de tono. El Bond de Craig, que debutó en Casino Royale en 2006, es un espía más duro y más oscuro que recuerda al personaje original de Fleming.
El agente 007 está en muy buena forma para tener 50 años. Pero, ¿perdurará otro medio siglo? “Bond, como los diamantes, es eterno”.
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