El cantante acumula una deuda millonaria con el servicio de agua potable, en el PH en donde vive, en Almagro. "Debo 20 años porque me quedó afuera del pago del débito (automático)".
Fiel a su estilo histriónico y verborrágico, Joaquín Levinton habló del insólito motivo por el que acumula una deuda millonaria con el servicio de Agua, que no está dispuesto a pagar. "Recibo mensajes todos los días donde me reclaman el pago. Pero no quieren hacerme un descuento que a mí me resulte...", advirtió el cantante.
"Con la plata siempre fui malo, siempre calculé mal y siempre me gustó gastar la plata que tenía. No tengo ni la menor idea de hacer negocios, de cómo se hace un cheque ni si siguen existiendo. No sé cómo se hace para pagar la luz. No entiendo nada", reconoció Joaquín, en diálogo con Infobae.
Alguien me ayudó en su momento a poner por débito las cosas y nunca más me enteré de lo que se paga ni lo que no se paga. Salvo AYSA, algo que se llama AYSA que no sé lo que es... Recibo mensajes todos los días que quieren que vaya a pagar. Y debo 20 años porque me quedó afuera del pago del débito (automático). La deuda que acumulo es millonaria. Pero no me saben explicar cómo tengo que pagarles...", contó el exlíder de Turf.
"Y, además, no me quieren hacer un descuento que a mí me resulte. Cuando me dicen el importe final es tan grande que uno no quiere pagar. Creo que ellos por ley no pueden cortarte el agua. Creo que estamos jugando un tira y afloje", se sinceró Levinton, con el carisma que lo caracteriza. "Gané plata como para vivir como a mí me gusta. Soy solo, o sea que mis gastos son pocos. Toda la vida viví en un PH en Almagro que tiene muy pocos gastos. No soy un tipo que le guste el lujo, entonces tampoco me manejo con gastos importantes", confió el artista.
"Me hacía machetes. Y siempre me hice un amigo nerd, y tenía mucha habilidad para copiarme... ¿Mi machete más bizarro? El de los rollos de fotos. Los negativos. Me hacía una tira con toda la información que tenía que tener, lo enrollaba y lo escondía. Una obra de arte. Me agarraron copiándome, pero siempre fui muy simpático y muy habilidoso para zafar".
"Ese rollito del negativo era algo casi de espionaje, era una cosa única. Y siempre me dieron mucho pánico las pruebas, las evaluaciones, que me evalúen. Al punto de que cuando tuve que dar el examen para el registro de conducir me reprobaron como diez veces el psicológico. Y también manejaba mal, digamos que se podría decir que manejaba de manera temeraria", se sinceró Levinton.
comentar