Tras el rotundo suceso de 100 Días para enamorarse que recientemente supo disfrutar, Luciano Castro, intenta redoblar la apuesta en el co protagónico de Pequeña Victoria, la ficción diaria de las 22:15 de Telefe que ya acaparó la atención del prime time.
Sin tapujos, este actor que ahora se desdobla en el accionar de Manuel, un exitoso CEO que regresa al país para tomar una fundamental decisión vinculada a su empresa, devela cómo impulsó él mismo su participación en la trama que recrea el transitar de cuatro mujeres de diferentes realidades quienes, fuera de los protocolos, deciden compartir la crianza de la "Pequeña Victoria", concebida mediante la técnica de subrogación de vientre.
"Soy muy amigo de Érika Halvorsen, la autora, a tal punto que yo le pedí estar acá en la tira. Cuando me contó lo que estaba escribiendo le dije: 'qué bueno que está, quiero ser parte'. Quise ser parte de esta propuesta desde el primer momento. Me gustó tanto este proyecto que yo mismo llamé e hinché las pelotas hasta que me metieron", confiesa con gracia este intérprete en medio de la presentación del programa, que asoma de lunes a jueves por Telefe, reuniendo a Julieta Díaz, Mariana Genesio, Inés Estévez y Natalie Pérez, entre sus filas centrales.
"Un poco de lo que se habla es que si es madre quizás no se pueda triunfar en el mundo empresarial", describe Castro sobre la trama dirigida por Daniel Burman que, a modo de comedia y en medio de los clásicos lugares comunes, plantea la profundidad de una temática nunca retratada en la ficción argentina.
"Mi historia es con Julieta que es mi amor de toda la vida. En la historia vengo de trabajar afuera y cuando queremos retomar la relación empiezan a jugar nuestros egos de empresarios exitosos. Victoria también está en el medio, que no es poco", cuenta de su personaje, un empresario que intenta tomar decisiones trascendentes en la compañía para la que trabaja Jazmín (que encarna Díaz), que es quien acude a la de subrogación de vientres.
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"Ella es una empresaria muy exitosa que decide ser madre sola y también seguir triunfando. Es un planteo raro, como si no se pudiera hacer las dos cosas a la vez. Como si no fuera compatible el éxito laboral y la maternidad. Tiene que ver con la historia que se cuenta en la novela", analiza el muchacho respecto al papel que representa Díaz, quien alquila el vientre de Bárbara (Natalie Pérez) para cumplir con su deseo de ser madre.
La sumatoria del trabajo de Mariana Genesio una mujer trans que asume ser "el donante" de esperma, condimenta con más picante la fábula.
Dentro del perfil del típico galán que, con matices, Luciano viene desarrollando en la televisión desde hace 22 años, esta vez, en Pequeña Victoria, se introduce en la expresión de Manuel, un singular hombre que, en su propia descripción, deja mucho que decir. "Es como un machirulo naif y demodé. Es más, no llega a ser un machirulo, ¡es más bien un pelotudo! Mi personaje cuando ve a la beba dice como '¿y esto?'. Nunca pensó que podría ser de Jazmín porque jamás la vio con panza", indica este experimentado artista que desea despegarse del clásico rol que lo compromete en cada recreación.
"A Manuel le pasan cosas que son hasta graciosas por lo patético de su personalidad. Es un tipo muy pelotazo entonces le pasan muchas cosas que dan gracia", resume quién tras su debut en Jugate Conmigo bajo las huestes de Cris Morena, supo destacarse en ciclos tales como Lalola, Los Roldán, Valientes, Malparida, Son amores, Herederos de una venganza, Sos mi hombre, Sres. Papis, Los ricos no piden permiso, Las Estrellas y el anterior 100 días para enamorarse.
En tiempos de coyunturas que visiblemente pregonan el empoderamiento femenino y la lucha en favor de la igualdad de la mujer, Pequeña Victoria parece una sobrada muestra de la realidad. En su retrato aparecen figuras masculinas de la talla de Facundo Arana, Daniel Hendler y el propio Luciano Castro, que de ninguna manera se desdibujan por el significativo peso de sus nombres, pero que claramente acompañan el desarrollo de la historia.
"Las chicas están al frente, tienen con qué, tienen una historia enorme, lo están haciendo de una forma genial", asume Castro celebrando los tiempos de la modernidad y el quiebre definitivo de los paradigmas de las historias tradicionales en donde continuamente se exponía a una pareja de hombre y mujer como protagonistas.
"Y también está muy bien que tanto yo como Facu Arana y Dani Hendler sepamos cuál es nuestro lugar y acompañarlas. Eso hace que todo sea más homogéneo y genuino, no hay miserias, no hay nada. Hay ganas de que las cosas salgan bien y está muy bien que sea así. Y también me parece que está bien contar todos estos aspectos de las cosas", desliza el marido de la bella Sabrina Rojas reivindicando la postura femenina.
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