El intérprete
murió a las 5 de la madrugada tras haber
atravesado una fuerte complicación respiratoria, según informó su amigo personal
Jorge Vitti quien lo acompañaba en su reposo en domicilio al momento del deceso.
Alcón había sido internado
cuatro meses atrás en el sanatorio de La Trinidad donde fue sometido
a una cirugía y en la actualidad
se encontraba en proceso de rehabilitación, antes de retomar sus compromisos laborales.
Entre los más importantes méritos del actor figuran el de haber sido uno de los protagonistas de
Nazareno Cruz y el Lobo (1975) de
Leonardo Favio, la película más taquillera del cine nacional, récord que aún no ha podido ser superado en casi cuarenta años.
Otros de sus trabajos incluyen su legendaria interpretación del general
José de San Martín en
El Santo de la Espada (1970) de Leopoldo Torre Nilsson. Sin embargo, su carrera cinematográfica –que comenzó en 1955- se ha extendido por más de cuarenta largometrajes que incluyen trabajos como
Los inocentes (1964),
En la Ciudad sin límites (2002),
La maffia (1972), Los siete locos (1973) y
Boquitas Pintadas (1974), adaptación de la novela de Manuel Puig, e incluso participaciones especiales como la que realizó en
El Hijo de la Novia de
Juan José Campanella.
En el teatro, ha sido aclamado tras interpretar obras de los más importantes dramaturgos como Shakespeare, Arthur Miller, Federico García Lorca, Tennessee Williams, Henrik Ibsen, Eugene O'Neill y Samuel Beckett; sin dejar de lado la dirección de reconocidas obras.
En la televisión, no ha tenido una producción tan prolífica como en otros rubros aunque es destacable su rol de invitado especial en producciones de Pol-ka como
Vulnerables,
Durmiendo con mi Jefe,
Locas de Amor y
Herederos de una Venganza, tras haber protagonizado la miniserie
Por el Nombre de Dios, junto a Adrián Suar.
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