Como los buenos productos televisivos, El Show del Problema comenzó de menor a mayor y ahora que vamos camino al tercer año sigue creciendo. Desde el primer día, el programa estuvo bendecido. El canal empezó a apostar a la programación en vivo. El rating -como el fútbol- siempre te da revancha. Un día te puede ir mal, otro bien. A mí como conductor, siempre me interesó buscar ser un poquito mejor. La gente consume un programa que la evade de la realidad del noticiero, con noticias pesadas o repetitivas. Arrancamos con el horario de una hora y ahora hacemos dos. Eso está buenísimo”, dispara de entrada Nicolás Magaldi, conductor de El Show del Problema, que se emite de lunes a viernes a las 13.15 por El Nueve.
A propósito de los buenos niveles de audiencia que está alcanzando en los últimos tiempos, cuando se le pregunta si el programa ya ha alcanzado el punto más alto o puede seguir creciendo, comenta que “estamos teniendo picos de 6.3 puntos con promedios de 4.9 como máximo. Tenemos una competencia muy fuerte. No estamos buscando la competencia. Pero siempre damos pelea y terminamos ganando, aunque no la franja sino el segundo puesto. Hacemos un programa contra otros que tienen más estructura y eso habla muy bien de nosotros. Estamos próximos al tercer año consecutivo en el aire y voy por mucho más. No sé si éste será mi último año al frente de ESP. Todos los años crecemos un poco más, ahora llegamos a 6 puntos de rating. El primer año llegamos a 4 y el segundo a 5. Ahora queremos hacer 7 u 8 puntos”.
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Con el 2018 prácticamente ya concluido, mira a que “el año que viene tal vez haga otro programa. Con otro tipo de contenido. Me tira la parte del periodista que soy. Creo que a la tele le falta algo de humor a la actualidad. Por ahora estoy muy contento con lo que estoy haciendo. La gente está conociendo una faceta mía muy distinta. Ibamos a durar 3 meses y ya llevamos 3 años en la programación de El Nueve. Ojalá el año que viene tengamos alguna nominación a los Martín Fierro”.
Atrás quedó aquel chico que conducía las trasnoches de C5N para ahora estar al frente de un programa en un canal de aire y señala que “para mí no hay diferencia entre conducir en cable o conducir en un canal abierto. La diferencia es el contenido. Lo que puede aportar el conductor es darle magia al contenido. Nunca dejo de aprender. Tengo 31 años y estoy en la etapa de la esponja, de absorber todo. De a poco sigo asomando la cabeza para entrar en otro rango, de otro nivel. Y eso está buenísimo”.