El nutricionista impactó con las imágenes que lo muestran haciendo una riesgosa actividad con un arnés.
Alberto Cormillot es, sin duda, un hombre apasionado. A sus 86, más allá de mantenerse siempre vigente con su profesión, de participar de distintos envíos televisivos y de criar a un nene que todavía es chico, tiene una cercanía especial con el mundo de las actividades físicas. "Es todo un desafío para mí".
El médico nutricionista que suele encariñarse con distintas técnicas corporales, de destreza y de entrenamiento, hace un tiempo que se volcó al mundo de la gimnasia aérea. Y decidió desafiar la lógica y también a la gravedad.
Tanto que Cormillot, amante de los cuidados de la salud, de la alimentación como así también de las actividades de esparcimiento y de movilidad, se subió al arnés y voló sin ninguna restricción. Una y otra vez. Una y otra vez. Porque el papá de Adrián -sigue sus pasos en la clínica-, René -es rescatista de animales- y de Emilio, sus hijos más grandes y el querubín de la familia.
La danza aérea, a Alberto no solo le permite ejercitarse, sino también expresarse y, sobre todo, disfrutar. Vestido con ropa deportiva y una concentración impecable, precisa, Cormillot da vueltas boca abajo, va y viene de un lado para el otro, como si se tratara de una rutina más de su vida diaria.
“Hacer aéreo, de todas las cosas que hago, es posiblemente la que más me gusta. tengo varias coreografías... Para mí es un desafío poder aprender cosas físicas, no teniendo ninguna inteligencia corporal”, contó el propio Alberto, sobre la importancia que tiene en su vida, este tipo de actividad que realiza todas las semanas.
“No tengo inteligencia corporal. Así que mi desafío es hacer cosas en las que tengo que luchar contra mis propias barreras y falta de práctica porque en mi vida no he bailado”, se sinceró, Cormillot, en una nota periodística, sobre la práctica que, a veces, comparte con Emilio, su hermoso hijito de tan sólo 4 años.
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