¿Qué recuerdos te dejará la tira?-Cuando termine Dulce Amor, lo que voy a guardar en mi corazón y en la retina de mi corazón es el hermoso equipo que se formó, lo bien que la pasamos, el cariño de la gente que vio la novela, el apoyo de Telefé, los libros que fueron buenísimos y el respeto que hubo entre todos los compañeros. Dulce Amor fue hecho por más de doscientas personas, no hubo discusiones, peleas ni conflictos de ningún tipo. Cuando termine de grabar, el piso va a quedar como si hubiese llovido, todos vamos a llorar muchísimo porque nos queremos mucho. Ya somos familia. Las escenas fueron fluyendo porque hubo mucho amor entre nosotros.
¿Temiste a la reacción del público cuando el guión de la novela dio un giro inesperado y se empezó una nueva historia tras la pérdida de memoria de la protagonista femenina?-Cuando el guión cambió a partir de la pérdida de memoria de Victoria (el personaje de Carina Zampini) nos adaptamos a la licencia que propusieron, le pusimos toda la garra del mundo, fuimos por ahí y defendimos los libros cada uno desde su lugar, como hicimos desde el primer día. Creo que al público el cambio le gustó, de hecho en las redes sociales no quieren que termine la novela. El rating siguió acompañando y acompañando. Recién
estuve charlando con la gente de edición y me decían que los capítulos que quedan están buenísimos.La verdad es que fue un placer trabajar con los autores que nos tocaron. Es muy difícil hacer un capítulo por día.
¿Las frases "Sexta a fondo" y "Te llevo al fin del mundo" son tuyas o te las pasaron para usar en la novela?-Son mías, son mías, jejeje.
¿Qué te llevás de Marcos, tu personaje, para tu futuro?-Que se puede en la vida. Para mí, Marcos es un buen chico, un ejemplo de vida y de persona y aprendí mucho de él. Fue un personaje que transitó por partes de drama y otros, por comedia, iba bien abajo o bien arriba y me gustan las dos cosas. Para después, quiero irme de vacaciones con Ivana, mi mujer, y con mis hijos porque fue un año y medio de estar grabando todos los días diez horas, les debo muchas horas a ellos y necesito compartir tiempo (como terminaron de grabar ya salió de vacaciones). Cuando regrese, voy a dedicarme al armado de producción de otra novela, como lo hice en su momento con Dulce Amor y como vengo haciendo desde chiquito. Y en el momento en que me caigan todas las fichas y esté más descansado, voy a ver qué decisión tomar con lo que me depare el destino.
¿Qué tenés planeado hacer después de este importante éxito televisivo?-Un personaje distinto en cuanto al nivel para cambiar aunque, por supuesto, me siento más cómodo haciendo personajes que tienen más que ver con mis principios, estilo de vida, forma de ser y de donde vengo yo, de una familia humilde, que arrancó de cero teniendo muy poco y es lo que me llega más al corazón y puedo fluir mucho más. También, me gustaría hacer de malo.
¿Le dejarías un mensaje de corazón a la gente que siguió la novela durante tanto tiempo? -Ahora le pregunto a Quique (Estevanez, el productor, su padre) y te digo, jeje. Que le agradezco a la gente que nos hizo el aguante durante tanto tiempo. Hay veces que terminaba una menos cuarto o a la una de la mañana y la gente se la re bancaba. Es algo maravilloso, si no fuese por el público, Dulce Amor no hubiese sido lo que fue.
Te llevo a tu terreno sentimental: ¿cuál es tu opinión sobre los rumores que te vinculan con Carina Zampini, tu compañera en Dulce Amor?-Se vino la pregunta y acá arrancó la nota, de todo lo demás no va nada, jaja. Lo que opino es que trabajo hace dieciocho años y nunca estuve metido en ningún quilombo de nada. Cuando me enteré lo que salió publicado, una tapa de revista hablando de Carina entre dos amores, no entendía nada. Fue como un bifecito pero ya está, no pasó nada. Después, vi un poco la revista por dentro, lo que decía la nota y no había nada. Hablaba de los tweets que os mandamos con Carina, como pueden mirar los de Micaela Vásquez con Darthés, míos con Georgina
(Barbarossa), que nos amamos. No sé de dónde se agarraron, es todo mentira.
¿Con Ivana está todo bien?-Ivana confía plenamente en mí. Yo estoy completamente enamorado de mi mujer, de mis hijos, estoy feliz con la familia que tengo y agradecido a Dios porque pude concretar lo que siempre soñé: tenerlos a ellos. Con Carina nos queremos muchísimo. Muchas parejas de ficción terminaron siendo una pareja en la vida real y, por ahí, la gente proyecta eso en las redes sociales. Carina es una mujer que va de frente, igual que yo. Si pasara algo entre nosotros, saldríamos a decir pasa esto o aquello. Como te dije antes, con Carina nos queremos mucho pero en Dulce Amor hubo mucho amor como familia. Ninguno de los dos somos mediáticos y me vi metido en un quilombo donde mucho no entendía por qué me había tocado a mí, que no jodo a nadie.
Quince años atrás tuviste un difícil accidente de tránsito donde estuvo en riesgo tu vida. ¿Lo reviviste a partir del accidente que se mostró en la novela con el personaje de Carina? -Cada vez que le pasa algo a algún personaje cercano al mío, que pasa por un momento de vida o muerte, lo siento como algo vivido y tengo esa experiencia. Cuando estuviste al borde de la muerte o pasás por una enfermedad terminal donde zafás, hay que capitalizarlo para ser mejor persona.