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El marcador lateral izquierdo, de 18 años, que venció a la leucemia de pibe, firmó su primer contrato con San Lorenzo como jugador profesional hasta junio de 2021. Un gran ejemplo de lucha y superación.
El mundo siempre puede ser un lugar mejor... Elías Pereyra, el juvenil categoría 99 que le ganó a la leucemia, firmó su primer contrato con San Lorenzo hasta junio de 2021”.
De esa manera, el CASLA anunció la rubrica del convenio con el juvenil que además de haber superado con una enorme valentía un momento muy difícil de su vida, gracias al apoyo de su familia y del club, tiene buenas condiciones futbolísticas para cubrir la banda izquierda con velocidad para la marca y vocación ofensiva.
Pereyra llegó a San Lorenzo para jugar en las categorías infantiles. Pero siendo un pibe la vida lo puso a prueba cuando tiempo después le diagnosticaron leucemia, por lo cual debió estar alejado de las canchas durante los dos años que duró el tratamiento. Pero sus ganas de vivir y de darle lucha a la enfermedad pudieron más, teniendo su premio cuando en el 2014 -ya curado- volvió a ponerse la azulgrana en el pecho.
El año pasado, como integrante de la Sexta división, Elías supo lo que se siente salir campeón por primera vez. En su carrera ascendente, sus buenas actuaciones le dieron la chance de ser promovido a la Reserva, en la que disputó todos los partidos como titular.
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Es más, durante la pretemporada invernal del plantel profesional, se dio el gusto de jugar 30 minutos contra Independiente en un amistoso, en el que compartió equipo con el Pipi Romagnoli, su ídolo futbolero, quien cumplió con el inconmensurable gesto de ir a visitarlo cuando estaba internado en el hospital Garrahan. Además, como sparring de la selección mayor, el fútbol le dio a Pereyra la chance de marcar a Lionel Messi en un entrenamiento en el predio de la AFA, en Ezeiza. Un lujo reservado para pocos.
Y para finalizar 2017 de la mejor manera, San Lorenzo le firmó su primer contrato como futbolista profesional. No para hacer beneficencia, está claro, sino más bien como un estricto acto de justicia y de reconocimiento a tanto esfuerzo de superación. Un gran ejemplo de lucha y de realización de sueños.