Ganó la Copa Libertadores como jugador en Racing y como entrenador en Independiente. Fue parte de una de las mejores delanteras de la Selección Argentina y jugó un Mundial para Italia. La increíble historia de Humberto Maschio, quien fue un delantero y en el final de su carrera volante talentoso de los años 50' y 60', que contaba con una exquisita pegada y tenía una gran inteligencia táctica.
Maschio, quien nació el 10 de febrero de 1933 en Avellaneda y tiene 90 años, comenzó su carrera en Arsenal de Lavallol y luego de destacarse en Quilmes llegó en 1954 a Racing. En esa primera etapa en La Academia fue delantero y goleador del Campeonato de 1955 con 18 goles.
Su gran rendimiento lo llevó a la Selección donde fue parte de "Los Carasucias" (una de las mejores delanteras de la Albiceleste junto con Corbatta, Angelillo, Sivori y Cruz) y fue campeón de la Copa América 1957 siendo goleador del torneo.
De izquierda a derecha: Omar Corbatta, Humberto Maschio, Antonio Angelillo, Omar Sívori, Osvaldo Cruz.
Después, fue vendido en 1959 a Bologna y pasó por Atalanta, Inter (donde ganó la Serie A) y Fiorentina (Copa Italia) hasta que en 1966, a sus 33 años, decidió volver a Racing para retirarse donde logró el salto de su carrera y consiguió mucho más. Juan José Pizzuti decidió ponerlo de armador (posición que adoptó en Italia) y la rompió como "El Cerebro" del "Equipo de José", que fue el mejor equipo de la historia de Racing: levantó el Campeonato de 1966, la Copa Libertadores 1967 y la Intercontinental 1967.
"Era un equipo moderno. Muy veloz. Fantástico por momentos. Cada jugador sabía su función en la cancha y todos éramos importantes. Todos. Pizzuti fue un genio. Tuvo la inmensa virtud de ubicar a todos. Perfumo que era 6 lo hizo 2. Basile que era 5 lo puso de 6. Al panadero (Rubén Díaz) lo movió al lateral izquierdo. Quique Wolf que era 8 lo metió de 4. Rulli era delantero y lo convirtió en una rueda de auxilio", comentó tiempo atrás "El Bocha" en una entrevista con Abrí la Cancha.
Maschio, quien disputó 12 partidos y marcó 12 goles en la Selección Argentina, también representó a Italia en el Mundial de Chile de 1962. De hecho, fue uno de los capitanes de La Azzurra que fracasó en la máxima cita al quedar afuera en fase de grupos. En este torneo fue uno de los protagonistas de "La Batalla de Santiago", un partido que disputaron Italia y Chile y quedó en la historia por la extrema violencia del juego: la policía debió intervenir en más de una ocasión para retirar expulsados o detener peleas.
Tras conseguir ganar todo en Racing, el club de sus amores, brillar en la Selección Argentina y jugar un Mundial con Italia, país donde jugó varios años, Maschio se retiró en 1968 en La Academia como era su deseo. Y enseguida se convirtió en entrenador y su primer trabajo fue al mando de la Selección Argentina en la primera mitad de 1969. No le fue bien y duró unos pocos partidos. ¡La gloria como DT vendría, increíblemente, como entrenador de Independiente!
¡Maschio alzó la Copa Libertadores y la Interamericana como entrenador del Rojo en 1973! Además, hizo debutar al máximo ídolo del club, Ricardo Enrique Bochini, quien le daría muchísimas alegrías a su gente y al club. Después, también formó parte de algunos cuerpos técnicos de Racing, el último de Gustavo Costas, en tiempos de quiebra de la institución, un hecho más que le reconocen en el club y con el que se ganó el aprecio de los que no lo vieron como jugador.
Es ídolo en Racing y en Independiente. De hecho, un palco del Libertadores de América se llama Dellacha-Ferreiro-Maschio. "Siempre comentamos con amigos que antes nadie te decía nada (por la rivalidad). Por ejemplo, jugábamos contra Independiente de visitante, almorzábamos en Racing y nos íbamos caminando a la cancha, con hinchas (del Rojo) alrededor y todo era muy tranquilo, había otro tipo de expectativas y menos plata en juego", aseguró algún día.
Maschio, quien sigue viviendo en Avellaneda, tiene mucho respeto y agradecimiento por Independiente pero su corazón es de Racing. "Es mi segundo hogar. Mi segunda esposa me dijo 'vos lo querés más a Racing que a mí' y yo le dije 'no, te quiero igual' en el sentido de mirá cuánto te amo y me quería matar. Es completamente distinto, pero yo lo amo a Racing".