Fútbol
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El árbitro del Superclásico rompió el silencio tres días del escándalo. Afirmó que no tuvo presiones "de ningún lado". Y que "en todo momento los jugadores de Boca se preocuparon por los de River".
Darío Herrera, árbitro del Superclásico, habló por primera vez tras el escándalo del último jueves y aseguró que "si los jugadores de River se recuperaban, la idea era seguir".
"No fingieron estar afectados, sino que realmente lo estaban", subrayó el juez en declaraciones a radio La Red.
"No fingieron estar afectados, sino que realmente lo estaban", subrayó el juez en declaraciones a radio La Red.
Herrera dijo haber visto "los ojos irritados de los jugadores de River" y añadió que "estaban quemados y tenían la camiseta manchada de un polvo naranja".
El árbitro además apuntó que no tuvo presiones "desde ningún lado". Y agregó que el partido se suspendió "por medio del veedor de la Conmebol".
Herrera aclaró también que "en ningún momento (Rodolfo, presidente de River) D´Onofrio me pidió que se terminara el partido", e hizo un balance de su rendimiento. "Pensamos que realizamos de buena manera los 45 minutos. Fue un buen desempeño", sostuvo.
"Teníamos mucha responsabilidad. Había que estar concentrado. La tarjeta amarilla a (Daniel, delantero de Boca) Osvaldo marcó el rumbo del partido", concluyó Herrera.
El árbitro además apuntó que no tuvo presiones "desde ningún lado". Y agregó que el partido se suspendió "por medio del veedor de la Conmebol".
Herrera aclaró también que "en ningún momento (Rodolfo, presidente de River) D´Onofrio me pidió que se terminara el partido", e hizo un balance de su rendimiento. "Pensamos que realizamos de buena manera los 45 minutos. Fue un buen desempeño", sostuvo.
"Teníamos mucha responsabilidad. Había que estar concentrado. La tarjeta amarilla a (Daniel, delantero de Boca) Osvaldo marcó el rumbo del partido", concluyó Herrera.