Tras 98 días sin fútbol, no hubo sorpresas en La Liga. El partido en condición de visitante ante el Mallorca se presentó fácil para el Barcelona. Con un cabezazo tremendo de Arturo Vidal, al minuto de juego, el equipo de Quique Setién empezó ganando desde el vestuario. Se veía venir la goleada.
Los siguientes tantos fueron obra de Jordi Alba (34m) y Martín Braithwaite (37m), ambos tras asistencias de Lionel Messi. Pero no solo es cuestión de repartir, ya que al cierre del encuentro, el 10 culminó la faena con un derechazo que sentenció el 4-0.
Aunque los locales lograron inquietar el arco que defiende Ter Stegen en algunas jugados liderarado por el talentoso japonés Takefusa Kubo, de tan solo 19 años, los culé parecieron tener el encuentro bajo control a tal punto de crear una ocasión de gol cada vez que pisaban el acelerador. Mirá el resumen:
Más allá de la buena perfomance de sus dirigidos (y la tranquilidad de sostenerse en la punta antes de que juegue el escolta Real Madrid), Setién se dio el gusto de volver a poner en cancha a Luis Suárez. Pese a estar alejado de las canchas durante más de seis meses por una lesión en su rodilla, el “Pistolero” se mostró en plena forma y sacó a relucir su química con Leo. La vieja normalidad para el Barça.
Como cuestión destacada en el retorno del puntero, ambos equipos realizaron cinco cambios aprovechando una norma transitoria recomendada por la FIFA para amortiguar los efectos de la inactividad en los jugadores.
Por otra parte, los fanáticos del rosarino no se perdieron la oportunidad de detectar una curiosidad dentro de su majestuosa carrera: La Pulga volvió a marcar en el estadio ubicado en Son Moix donde convirtió su primer gol de visitante en un partido oficial con la camiseta "azulgrana", el 29 de enero de 2006. Y eso no es todo: anotó en los últimos siete partidos que jugó frente a Mallorca. Una estadística que no está dispuesto a alterar.
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