"Todo tiene un final, todo termina” dice un conocido tema de Vox Dei. Fueron cuatro años, pero parecieron mucho más, por la intensidad de lo vivido.
Tal como se esperaba, ayer Marcos Díaz se despidió de Huracán, anunció que no renovará su contrato con la entidad de Patricios. Los ocho penales atajados, el ascenso a Primera, la Copa Argentina, la Supercopa Argentina, las salvaciones en la última fecha, ya son postales de un dulce pero inexorable pasado.
Con gran sentido de la autocrítica, el arquero reconoció en conferencia de prensa: “No soy el Marcos que todos conocen”.
En sus últimas actuaciones no se lo notaba bien, cuentan que tuvo diferencias con el presidente Alejandro Nadur y entonces evaluó que era el momento de cambiar de aires.
Una historia que no pintaba en sus comienzos que se iba escribir de esta manera, ya que cuando llegó al Globo era el tercer arquero detrás de Diego Pozo y del Torta Monzón, pero Marcos Díaz supo escribir su nombre en letras doradas a partir de ese 2014 que terminó siendo inolvidable en la vida de Huracán. y en donde él tuvo un papel principalísimo.
De todos modos, hubo espacio para la controversia, ya que el arquero salió a desmentir al actual entrenador Néstor Apuzzo, respecto de lo que pudo haber sido el martes próximo, su última función: “No es cierto que le pedí a Néstor (Apuzzo) no jugar el martes”.
Asimismo, dejó en claro que hubo cosas que lo disgustaron: “Antes del partido ante Belgrano surgieron algunas cosas que no gustaron, me cayeron mal. Después me sentía mal y empecé a pensar en esta decisión. Hablé de mi estado de ánimo con la dirigencia y les dije que no estaba bien, que todas estas cosas no le hacían bien a la familia. Creía que era el momento indicado para poder irme y ellos lo sintieron igual. No me siento bien ni física ni anímicamente, y al club no le iba a servir. Néstor (Apuzzo) no me veía bien y él siempre dice que quiere a los jugadores al cien por ciento, aunque me dijo que iba a esperar hasta último momento. Jamás salió de mi boca que no quería jugar. Tengo que hablarlo con Néstor. El siempre fue claro y yo con él también. Sería traicionar mis principios y defraudar a mis compañeros, jugar sin estar al ciento por ciento. Puedo llegar a cometer errores y no es eso lo que quiero”.
De todos modos los directivos lamentaron esa situación y teniendo en cuenta que es un activo del club, están pensando en una venta como salida o al menos, para que le queda algo a la entidad, desde el punto de vista económico.
De todos modos y a pesar de la llegada de García, el Globo tiene prácticamente abrochada la llegada de César Rigamonti, cuyo último paso fue en Quilmes.
“Sé que lo que soy es gracias a Huracán. Estoy agradecido eternamente con los directivos, que se portaron bien desde el principio”, para dejar en claro que su relación con la dirigencia es buena.
Pero claro que las despedidas son siempre difíciles y por eso, Marcos Díaz quiso bajarle el tono a la repercusión que dejó su decisión ya alentó la posibilidad de que haya un bis en esta historia: “Todos saben lo que siento por Huracán, es como mi segunda casa. La gente va a saber comprender. Es un cambio, pero sé que voy a poder volver. Dejé todo por esta camiseta hasta el último día. Sea el cambio que sea, que concluya en lo mejor para los dos”. ¿Continuará? Así lo desean en Parque Patricios.
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