River no para de ganar y sin importar que Boca haya vuelto al triunfo el fin de semana le dio el zarpazo a los escoltas y se quedó con el segundo puesto, a 4 puntos de su clásico rival. El equipo de Marcelo Gallardo, que tiene un partido menos -juega el 31 de mayo ante Atlético Tucumán-, ya dejó en claro que es el que más argumentos tiene para sacarle al Xeneize los sueños de campeonato. Esta vez la furia ganadora de River la padeció un Gimnasia con más ganas que ideas y con muy pocas chances de complicarle al noche a la Banda del Muñeco.
A los 4 minutos River ganaba y era merecido porque en tan poco tiempo la pelota no salía del área del Lobo. La pared que armaron Sebastián Driussi y Lucas Alario había tenido una situación parecida unos segundos antes.
En la segunda fue gol del Cabezón Driussi tras un pase maravilloso de su compañero. El partido arrancaba con la tónica River de la presión alta y el juego súper ofensivo. La presión de los resultados puestos, en especial del triunfo de Boca, no le generó nervios al Millo. Las conexiones de juego que causaban Ariel Rojas, Pity Martínez y Nacho Fernández, le daban mucho crédito a los delanteros que en espacios reducidos y con una movilidad constante hacían que la defensa de Gimnasia no sepa bien a quien marcar.
Los locales podían salir cuando el Millo bajaba el nivel de presión y el argumento del Lobo era muy evidente; el tiro de media distancia en busca de un rebote de Augusto Batalla. Los primeros dos no dieron resultados, el tercero de Lucas Licht, sí; pero no llegó nadie a la primera ocasión con peligro que generó el Tripero.
Ahí se animó Gimnasia que con ganas y sacrificio empardó el dominio cuando promediaba el primer tiempo en el Bosque. Pero otra contra del Millo casi le da el cachetazo, pero el pase de Alario otra vez perfecto no tuvo en Driussi la certeza y la pelota se fue desviada.
Las estrategias de los dos equipos eran notorias. Gimnasia acortaba caminos y sumaba los disparos desde afuera del área, como el de Alemán que no retuvo Batalla o con centros desde los costados. River en el juego asociado cerraba los ataques con las descargas de Alario para Driussi y para la llegada de frente de los volantes.
El primer tiempo se consumió con la misma imagen con la que había arrancado, con la pelota corriendo cerca del arco del Lobo. Y el segundo empezó igual que el primero, con gol incluído. Batalla asistió desde su arco con un pelotazo hermoso y el Pity por la derecha hizo todo bien, definiendo de manera brillante al entrar al área, luego de mostrar su repertorio técnico más acabado.
El gol fue demasiado para un Lobo que ya estaba mal parado en el primer tiempo y quedó peor cuando Auzqui, que ya le había anotado con el Estudiantes, puso el tercero para cerrar más temprano que tarde una actuación letal de este equipo que en lo que va del semestre ganó todos los partidos que jugó de visitante.
No hubo mucho más que contar en el partido, solo un frentazo de Alario que dio en el palo, un tiro libre de Alemán que pasó cerca y un cierre a toda orquesta del único escolta de Boca.