Superó a Newell's 1 a 0 con un golazo de Darío Benedetto, sepultó la caída en el Superclásico y recuperó el aire de cara a la recta final del torneo. No jugó bien, pero le alcanzó con la figura de Barrios y una mayor actitud frente a un rival indolente.

El desahogo final de la gente, el abrazo apretado de los jugadores, la sensación de alivio tras una semana dura, fueron señales claras de que la victoria ante Newell’s estuvo más allá de todo. Fue un 1 a 0 justo, sin nada para discutir, pero a decir verdad la tarde de Boca sólo despertó sonrisas por los tres puntos, porque en lo futbolístico, tanto desde lo colectivo como en lo individual, dejó las mismas dudas de siempre, confirmando que de acá hasta el final nada le será sencillo en su búsqueda del título.

A Boca le alcanzó con un golazo de Darío Benedetto, a los 27 minutos, en su primera llegada seria al arco, para ganar el partido, porque después de eso, todo dependió de lo bueno o lo malo que generara, ya que Newell’s fue una pálida sombra que se paseó por la cancha, sin juego, sin rebeldía y sin la aparición de sus principales figuras.

Los cambios que propuso el Mellizo durante la semana sólo funcionaron a medias. El ingreso de Tobio le dio mayor solidez en el fondo y la presencia de Wilmar Barrios fue fundamental, pero tanto Silva como Jara no demostraron ser más que los que salieron. Aunque lo más preocupante fue su inexpresividad futbolística, con un Gago que estuvo lejos de su nivel y extrañando horrores a Centurión, su jugador más desequilibrante.

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El equipo fue el orden de atrás, la garra de Barrios y el poder de gol de Benedetto, virtudes escasas pero que le bastaron para imponerse a un Newell’s tibio, que apenas mostró la voluntad solitaria de Scocco arriba, algunas gambetas de Formica y poco de Maxi Rodríguez, aunque de un pase magistral de La Fiera, cuando ya se jugaban tres de tiempo agregado, casi llega el empate de Formica, quien no alcanzó a impactar la pelota en el área.

Boca lo ganó por mayor presencia, por más actitud y por el empuje de la gente, pero le costó cerrar el partido y por eso sobre el final, como siempre, tuvo que sufrir.

Es cierto que pudo haberlo definido con una situación clara de Pavón (no hizo una bien en todo el partido) que le regaló la pelota al arquero Pocrnjic, y en otra neta de “Junior” Benítez, que le erró al arco de manera increíble, cruzando demasiado su remate, pero en el balance general, por juego y dominio, el 1 a 0 estuvo bien.

El triunfo era vital y lo consiguió, sobre todo porque necesitaba dar muestras de recuperación luego de la impactante derrota en el Superclásico y porque ya no podía perder más unidades en este sprint final para seguir puntero rumbo a su sueño de título. En lo demás, agregó preocupaciones, por un equipo que bajó mucho su nivel y que necesitará de mayores virtudes para alcanzar el objetivo.

De Newell’s, poco y nada para decir. Sigue en caída libre y por su presente hasta hace dudar de la clasificación a la Libertadores. Fue a La Bombonera de paseo y Boca aprovechó su abulia para resucitar.

VIDEO: el gol de Benedetto

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El relato del partido y las formaciones

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