El caso Maldonado cumplió seis meses. Durante mucho tiempo, el pedido masivo de aparición con vida del joven artesano retumbó en un contexto de sufragios legislativos y siguió con más plazas llenas en todo el país. Desde mediados de octubre, con la aparición del cuerpo a orillas de Río Chubut, el grito de “Justicia por Santiago” fue un vox populi incesante. Tras ser sometido a una autopsia presenciada por 55 peritos forenses, se determinó que el joven falleció ahogado y sin recibir golpes. Pero todavía no hay certezas sobre lo que verdaderamente ocurrió el 1 de agosto en la Pu Lof en resistencia Cushamen, Chubut, sobre la Ruta 40 y en las aguas del río.
El magistrado Gustavo Lleral rechazó el pedido de la fiscal federal de Esquel Silvina Ávila presentado a finales de 2017 para volver a la carátula “muerte dudosa”. Aún se mantiene como “desaparición forzada”.
Lleral consideró que lo solicitado por Ávila "no es relevante para el trámite de la investigación", a pesar de que ella había considerado que “no hay pruebas suficientes”. Su determinación tuvo el visto bueno por parte de los familiares de Maldonado, quienes, por medio de la abogada defensora Verónica Herrera, afirmaron que para que existiese el cambio antes se tiene que iniciar “una investigación efectiva, exhaustiva, imparcial e independiente".
Sergio, el hermano de Maldonado, en diálogo con Radio AM 750 se había expresado: "Parece que llega fin de año y quieren cerrar todo diciendo 'se ahogó y ya está'. Hay irregularidades que generan muchas sospechas en el accionar de Gendarmería, las pericias. El hecho de que haya aparecido el cuerpo debe tener una investigación aparte, es otra etapa".
Matías Santana había declarado bajo identidad reservada, pero luego lo hizo a “cara descubierta” ante el letrado Guido Otranto (actualmente apartado de la causa, pero tuvo validez en esa instancia). El mapuche contó que “a Santiago se lo llevó la Gendarmería” y lo golpearon varias veces. Pudo observar todo a través de sus binoculares (que luego perdió), y montado en un caballo. “Tenía puesta la campera celeste que le presté. Lo metieron en una camioneta que salió rumbo a Esquel", detalló ante el juez y luego frente a la prensa. Todo eso fue previo a la autopsia.
Pero las afirmaciones más fuertes las tiene Lucas Piquilman, el denominado Testigo E del caso. Tuvo contacto con Maldonado. Dialogó con él y hasta lo vio en las aguas del Río Chubut. En su declaración ante Lleral, aseguró: “Le grité a Santiago '¡vamos, peñi, vamos!'. Me di vuelta y vi que el agua le llegaba al pecho. Santiago me decía 'no puedo Peñi, no puedo'. Dejé que me lleve la corriente y llegué al otro lado. Ahí vi a Santiago agachado escondido entre los sauces". No visualizó gendarmes cerca de Santiago.
"Pude ver gendarmes en la barranca tirando con 9 mm, escopeta y piedrazos, pero abajo en el agua estaba solo Santiago. Ahí ya no lo vi más", aclaró.
Lo declarado por ambos testigos llena de dudas a la familia del joven fallecido. Pues Matías Santana y Lucas Piquilman tienen diferencias con respecto a la presencia de la Gendarmería Nacional. Uno vio contacto; el otro, no. Los familiares y organismos de Derechos Humanos exigen una investigación exhaustiva sobre a cuánta distancia estuvieron los efectivos más próximos.
“Hay una serie de cosas que no son viables o difíciles de creer", considera, de forma tajante, Sergio Maldonado.
Hay un interrogante que Lleral intenta resolver. Se trata de los movimientos del Jefe de Escuadrón 35, Fabián Méndez, y Emmanuel Echazú, del 36, quienes regresaron a sus bases el 2 de agosto a las 5.30 de la mañana, cuando el operativo de desalojo de la Ruta 40 finalizó a las seis del día anterior. Se investigan los motivos del retorno y lo que hicieron durante esas doce horas.
Por su parte, Echazú, el único imputado pero con acceso a la causa penal, tuvo heridas en su rostro producto de un piedrazo. Esas lastimaduras, que le causaron una triple fractura en la cara, pusieron bajo sospecha que podría haber actuado en el lugar devolviendo la agresión.
En este punto la familia de Maldonado es tajante y vierte toda su desconfianza. La autopsia "determinó que fue 'ahogamiento con ayuda de hipotermia'. No dice en qué fecha murió, ni cómo, ni dónde… Además aparece en un lugar distinto de donde lo habían visto los testigos, con el DNI en perfecto estado, la ropa y los billetes”, aseveró el hermano.
Según la abogada, Verónica Heredia, el cadáver fue divisado en un sector del río Chubut de no más de un metro de profundidad. Pero los buzos Rodolfo José Altamirano, Jorge Eduardo López y Marcos Manuel Montaña declararon que lo hallaron "recostado sobre una rama en la parte lateral del torso, lado izquierdo, boca abajo" y a unos siete metros de la ribera de más de dos metros y medio de profundidad.
Es la palabra final, la sentencia de una causa polémica y que causó conmoción en todo el mundo. Al seno íntimo del artesano le produce desconfianza que no lo hayan encontrado antes en una zona que fue rastrillada en diferentes ocasiones. Sergio exclama: “Apareció muerto. Lo asesinaron. Es desaparición forzada”. Apuntan a la incidencia de Gendarmería en la muerte del joven.