Volvió el sol y las playas se llenaron de gente. El 'día horroroso' (como calificaron al lunes la mayoría de turista y residentes en Mar del Plata) quedó en el olvido ayer, cuando su majestad Febo recuperó su trono en los más alto del cielo y pintó de verano las imágenes de la jornada. Claro que, el aire fresco se rehusó a dejar la ciudad y, especialmente, las cercanías de mar donde plantó bandera resuelto a no perder protagonismo.
De hecho, la temperatura máxima apenas superó los 20 grados, por lo que hablar de 'verano a full' sería una exageración. Sin embargo, el contraste con el cielo gris, la lluvia y el frío del día anterior, la gente recuperó la sonrisa y pobló la arena, de cara al sol, agradeciendo que se había terminado el encierro y los paseos obligados por las calles comerciales desbordadas por la multitud.
Es cierto que la temperatura fue apenas de tres o cuatro grados más que el lunes, pero el efecto del sol, que casi sin nubes en el cielo brilló de punta a punta, hizo mucho más agradable el aprovechamiento de la visita rutinaria a los distintos balnearios de la ciudad. El factor más complicado fue, precisamente la presencia del viento soplando desde el sur, que trayendo un efecto muy refrescante a su paso y que obligó a todos a buscar alternativas para protegerse.
En algunas playas con rocas y murallones artificiales, la clave era llegar temprano y adueñarse de un buen sector, reparado del viento. En Las Toscas, junto al Torreón del Monje, hay una especie de bahía ideal para guarecerse del viento sur; si cambia a norte, en cambio, hay que levantar campamento.
Los que eligieron lugares más descampados, forzosamente debieron recurrir a la construcción de pequeñas carpas, dándole forma a las paredes del refugio con las lonas que ya muchos previsores llevan a tal efecto.