“Hoy es el día de la verdad”, dijo Enrique Quique Sacco este miércoles a la tarde en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, horas después de que se diera a conocer el informe oficial de la autopsia al cuerpo de su pareja, la periodista y legisladora porteña Débora Pérez Volpin, que confirmó la endoscopía como causante de su muerte.
“No murió por un paro cardiorespiratorio, sino por los dos profesionales que intervinieron en el cuerpo de Débora”, indicó el abogado de la familia de Pérez Volpin, Diego Pirota.
Luego de idas y vueltas, y acusaciones hacía la anestesista, el médico y la clínica de la Trinidad, según los resultados de la necropsia difundidos este mediodía, el endoscopio utilizado en el estudio produjo heridas en el esófago e introdujo aire con mucha presión en tejidos de Pérez Volpin.
“Les quiero explicar del silencio. No teníamos nada para decir. No queríamos hablar sin un informe científico”, dijo Sacco
“Nos sorprendió lo que hallamos aquel 6 de febrero y cuando empezamos a pensar lo que había pasado dijimos que Agustín y Luna debían tener una respuesta. Toda nuestra familia tenía que tener una respuesta de lo que había pasado”, dijo.
“No podíamos quedarnos con la resignación de que el tiempo pasara, y que algún día en una reunión familiar nos preguntáramos 'que pasó”', agregó.
Como quien no acepta que un ser querido ha fallecido, a veces Sacco hablaba de Pérez Volpin en presente. “Débora es una mujer sana de 50 años, que el domingo anterior había estado nadando plenamente, como lo hacía habitualmente. Nos habíamos estado riendo el lunes a la noche y el martes a la mañana antes de ir a hacerse la endoscopía. Esa noche íbamos a ir a cenar”, relató Sacco.
“La única respuesta que tuvimos era la incertidumbre”, dijo Sacco.
“No tenemos rencores ni sed de venganza. No queremos. Sobre todo que esto no le ocurra a nadie más y que un estudio que tiene un riesgo de muerte de 0,04% no se transforme en 100%”, sostuvo Sacco.
“Les quiero agradecer a todos los amigos y a esos remolones que están presentes en las redes sociales”, agregó la pareja de Pérez Volpin.
Sobre el rol de los medios, Sacco dijo: “Esta prensa, que a veces es criticada, sentimos la satisfacción del periodismo serio y responsable que hizo que en 2 meses y cinco días tengamos el informe oficial de los peritos, un informe estadístico, científico, con más de 150 hojas. La prensa también hizo renunciar a un juez”.
“El informe no da lugar a dudas. Va a permitirnos abrazarnos y tener un poco de paz”, dijo Sacco.
Luego fue el turno del abogado de la familia de Pérez Volpin quien apuntó contra el Sanatorio de La Trinidad y el juez Gabriel Ghirlanda, donde falleció la periodista y legisladora.
“Hemos buscado medidas de prueba para saber qué pasó con Débora. Hoy ya sabemos por qué murió Débora, sabemos de qué murió. Solo nos resta conocer algunas que tienen que ver con cómo murió Débora”, dijo Diego Pirota, y agregó que “estos dos meses no fueron fáciles para la investigación”.
Sobre la renuncia a la causa del magistrado Ghirlanda, el abogado, dijo: “El juez sabe qué hizo mal y se lo dijimos. La fiscal también le pidió cosas que no las quiso hacer y nunca dio explicaciones idóneas y por qué no las quiso hacer”.
“Solamente el paso del tiempo y el avance de la investigación nos van a permitir conocer el alcance del daño que le causó a la investigación lo que este magistrado no hizo los primeros días de la investigación que son los que van a marcar el futuro de la causa”, explicó Pirota.
“Se perdieron pruebas concluyentes. Entendemos que pasaron cosas en la causa que van a tener que ser investigadas y no solo la participación del juez, sino también de La Trinidad”, dijo el letrado querellante.
“La clínica ha sido otro de los obstáculos a la averiguación de la verdad cuando la familia, el dia de los hechos, trata de dar una explicación de lo que pasó, les mintieron. No les dijeron lo que ya sabían. Ellos sabían lo que dice el informe desde ese día”, señaló Pirota.
“La clínica habló con los profesionales que atendieron a Débora. Les contaron lo que hicieron y tuvieron plena conciencia porque son médicos”, dijo Pirota.
Según el abogado, el sanatorio difundió datos falsos para intentar deslindar responsabilidades.
“Inmediatamente sacaron un comunicado en el que decían que Débora murió debido a un paro carodiorespiratorio que no respondió a las maniobras de resucitación”, dijo Pirota y agregó que “todos mueren de un paro cardiorespiratorio. Queremos saber qué fue lo que provocó ese paro”.
Otra dato falso para el abogado fue la difusión de una supuesta enfermedad hepática de Pérez Volpin.
“La segunda mentira es cuando salieron a decir que Débora tenía una hepatitis importante y un cuadro abdominal complejo. Supuestamente esto emana de la historia clínica, que es una secreto profesional. Eso es falso, hoy la autopsia nos dice otra cosa”, detalló Pirota.
El juez allanó tardíamente la clínica y no secuestró el endoscopio. “Cuando el juez orden allanar el sanatorio se encuentra con un aparato viejo, obsoleto, que no graba”, dijo el abogado de la querella.
“Hoy entendemos que ese endoscopio no es el que se usó. Pero tres días más tarde ya no se puede peritar”, agregó Pirotta.
El resultado de la pericia realizada por el Cuerpo Médico Forense fue dado a conocer este miércoles en conferencia de prensa por la familia y el abogado de Pérez Volpin, quien falleció el 6 de febrero pasado, mientras le realizaban una endoscopia en el Sanatorio de la Trinidad.
"La muerte de Débora se produjo por una perforación instrumental del esófago, no se han detectado patologías preexistentes, y las lesiones del estómago son consecuencia de las maniobras instrumentales y de la reanimación cardíaca", leyó del informe pericial el abogado de la familia, Diego Pirota.
Además, el letrado informó que en la autopsia también se indicó que "las maniobras de reanimación básicas fueron adecuadas y que de adoptarse otras no hubieran modificado el resultado muerte".
Pirota sostuvo durante la conferencia que los resultados fueron "contundentes" y "abrumadores", y que la muerte de la periodista, según lo definieron los peritos "se trata de una muerte violenta".
"No murió por un paro cardiorespiratorio, sino por los dos profesionales que intervinieron en el cuerpo de Débora", indicó el letrado.
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