La institución queda en San Isidro y no está habilitada para funcionar. Las maestras ultrajaban a los niños. Un padre destapó el escándalo al poner un grabador en la mochila de su hijo. El video
Padres de chicos que asisten a un jardín de infantes en la localidad bonaerense de San Isidro denunciaron en las últimas horas que sus hijos fueron víctimas de maltrato por parte de maestras, en un lugar que desde hace unos siete años carece de habilitación para funcionar como instituto educativo.

Se trata del jardín de infantes Tribilín ubicado en O'Higgins al 500, en la zona norte del Gran Buenos Aires.

La noticias se conoció a partir de la difusión de un audio donde se escuchan gritos, amenazas y maltratos a chicos menores de tres años de edad.

El hecho fue registrado en un grabador que un padre escondió en la mochila de su hija y cuyo contenido se dio a conocer durante esta jornada, material que ya está en poder de la Fiscalía de San Isidro.

Unos 16 padres contaron "síntomas que veían en sus hijos y que ahora los relacionan con el maltrato del jardín, como por ejemplo que sus hijos vomitaban todos los días antes de ir, dolores de panza constantes, juegos agresivos y demasiadas pesadillas seguidas", según denunciaron.
 Al respecto, el asesor legal de la institución, Hernán Sirera, señaló que "lo único que hay es una grabación, y la justicia va a dictaminar si es cierta o no".

"No sabemos si hubo golpes o maltrato. Se han sobredimensionado los dichos de todas ls personas que salieron en los medios", indicó en declaraciones a la prensa.

De todas maneras, Sirera anticipó que "las responsables fueron separadas" evitó dar a conocer sus nombre y dijo que "el jardín no es denunciado, sino las maestras en particular".

Según la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires, el jardín cuestionado no contaba con una autorización para que funcionase como institución educativa. También se conoció que desde 1996, el lugar figura con un "cierre técnico pedagógico".

Los resultados fueron sorprendentes. Una larga lista de improperios, almacenados en unas cuatro horas de grabación, sirvió para alertar a todos los padres que llevaban a sus hijos a ese lugar:

"¿Podés sacar el cuaderno en lugar de ponerte a boludear?"

"Dejá de gritar. Callate, ¿podés dejar de gritar?"

"¿Querés ir a la pileta? ¡Callate, cállate!"

"¡Harta me tienen con los escándalos!"

"Guay que vayas a decir cualquier huevada a tu casa, ¿escuchaste?"

"Ponete a guardar, enfermo mental"

"Decime por qué vomitaste, pendeja de mierda"

"¿Por qué te tengo que terminar cagando a palos?"

"Estás loca, nena, tragate lo que te puse en la boca porque vos ya me cansaste"

"Es mi último día pero los voy a terminar cagando a palos con unas ganas a todos..."

El jardín en cuestión, que tiene una matrícula de $950, no está registrado y funciona hace 16 años de manera ilegal, según el propio ministerio de Educación de Buenos Aires.

"Les dejamos toda nuestra confianza, a nuestras criaturas, esto es devastador. Es terrible escuchar cómo le pegaban a mi hijo", contó una madre, entre lágrimas.

Los padres reclaman que el jardín cierre y que las mujeres que oficiaban de "maestras" no vuelvan a trabajar en el ámbito de la educación.