El episodio derivó en la intervención de un sacerdote, quien sometió al muchacho a un exorcismo. “Son juegos diabólicos”, dijo el religioso que comenzó la sanación. En diálogo con Expedientes Secretos, el cura Acuña explicó que “habiendo practicado alrededor de 200 exorcismos, puedo afirmar que el 40% de los mismos sucede luego de haber realizado el juego de la ouija”, precisando que “generalmente las consecuencias no son al instante de haberlo llevado a la práctica, sino varios años después, esto es, porque se deja un portal abierto al mundo de los espíritus bajos”.
Juguete peligroso
“Lo que comienza como un juego termina en tragedia tanto en el campo afectivo, como también en el de la salud física y espiritual -dijo Acuña-. Los críticos de la ouija afirman que los que la usan no tienen control sobre el material reprimido que puede ser liberado y que, por lo tanto, pueden verse aquejados de psicosis”. “Tampoco tienen los usuarios ningún control cuando el tablero es empleado para hacer contacto con los espíritus.
Edgar Cayce llamó a la ouija ’juguete peligroso’. Algunos demonólogos sostienen que la ouija abre las puertas a la posesión por espíritus malignos, algo que podría requerir de exorcismo y atención psiquiátrica”, explicó el experto.
De acuerdo a lo expresado por Acuña, obispo de la Iglesia Luterana, “tenemos pruebas de que este demoníaco juego sabe responder cuestiones que no están en conocimiento de los participantes, y es precisamente por ello la curiosidad que causa”, manifestando que “el inconsciente personal no es omnisciente, es decir, no es conocedor del futuro y por ninguna ley natural puede predecir. Por ello, no son respuestas automáticas sino dirigidas por un ente con personalidad que es atraído por los integrantes del juego”. “La puerta que este juego abre no es nunca una puerta a los ángeles, a los arcángeles ni a ningún ser de la corte celestial. Y como las almas que han muerto en la gracia de Dios reposan en su presencia, no pueden bajar a conversar con los vivos, menos aún si se los obliga. Quiere decir que todo contacto que se desarrolla a través de la ouija es un contacto espiritual con el mundo intermedio, de espíritus engañadores que están sujetos al diablo. Este mundo intermedio es habitado por espíritus de muertos que no están en la gracia de Dios y que buscan la perdición de los hombres”, sostuvo el exorcista.
Desde la computadora
Para el sacerdote, “hay que aclarar que el conocido juego de la copa tiene el mismo fundamento de la ouija. Muchos jóvenes hoy pueden encontrar este macabro portal para ser jugado por internet. Es que en la actualidad existen versiones de ouija hasta para jugarlo con la computadora”. “Estos jóvenes lo hacen como travesura, por curiosidad y por supuesto, sin tener en cuenta las trágicas consecuencias que derivan de ello. Lo espiritual no está en consideración de los jugadores nunca, simplemente la búsqueda de una respuesta para saber cómo será su futuro. Sin embargo, lo espiritual bajo, está a la espera de una llamada para entrar en la vida de las personas y comenzar a hacer lo que saben hacer: atormentarlas, enfermarlas y atraer desgracias a sus vidas”, explicó Acuña.
En base a su propia experiencia, Acuña relató que “personas de 35 a 40 años llegan al exorcismo comentando que han jugado por lo menos una vez este juego en su niñez o juventud. Muchas de ellas han tenido algún pariente espiritista y otras simplemente lo hicieron con sus amigos o amigas en su casa”. “Cada uno de ellos ha hecho un pacto por el juego en cuestión. Este pacto está concretado por la puerta que se abre desde su estancia de oscuridad a nuestro mundo. Así, estos espíritus acompañarán a la persona sin que ésta lo note un tiempo pero comenzará a producir desgracias en su hogar, su familia, su trabajo y hasta su salud”, finalizó el sacerdote.
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