Tras varias horas de búsqueda, el grupo de Bomberos de la Ciudad halló sin vida en las aguas del Riachuelo al pequeño de siete años que cayó junto a su padre desde el Puente Bosch cuando se disponían a cruzarlo en auto a las dos de la mañana del domingo. Hace casi cuatro años, el 5 agosto de 2015, hubo una trágico hecho similar en esa conexión entre Avellaneda y el barrio porteño de Barracas.
En medio de una intensa lluvia, el conductor de un Volkswagen Crossfox, Juan Ramón Bruera, de 47 años, transitó junto a su hijo Matías, de 15, por el puente a gran velocidad cerca de las 22 de ese domingo, de acuerdo a los reportes policiales.
El vehículo se precipitó a las aguas y luego de varias horas de un operativo intenso llevado a cabo por efectivos de la Prefectura Naval Argentina, se logró encontrar al coche para el mediodía.
Sin embargo, tras retirarlo con grúas y equipo especializado, no hallaron a los cuerpos de los ocupantes dentro.
Más de una semana después del accidente, los buzos dieron con el cuerpo de Ramón Bruera, a unos 300 metros del puente, a la altura de Pedro de Mendoza y Brandsen, barrio de La Boca.
“Apareció mi marido y falta mi hijo, después me quedo tranquila”, le decía Susana, la esposa, a los medios de comunicación.
Un equipo de POPULAR se presentó en el lugar para seguir los trabajos intensivos de los prefectos.
Mientras que el 20 de agosto se encontró al adolescente, cuyo cadáver estaba en Pedro de Mendoza 2.400, pero del lado de Provincia, casi en frente del de su padre.