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Belén Rataus fue diagnosticada, antes de que naciera, con fibrosis quística, una enfermedad genética, hereditaria, no contagiosa; en las últimas semanas entró en lista de Emergencia Nacional
Tras la sanción de la nueva ‘Ley Justina’ en agosto pasado, todas las personas mayores de edad de la República Argentina son donantes de órganos, salvo que expresen su voluntad contraria. Gracias a esta normativa, el país alcanzó el récord de casi 650 donantes en lo que va de este 2018. Sin embargo, aún existen unas 10.500 personas que esperan por un trasplante. Este el caso de Belén Rataus, una joven de 23 años de la localidad bonaerense de El Palomar, partido de Morón, que en las últimas semanas entró en lista de Emergencia Nacional, con la esperanza de que aparezca un donante de pulmones e hígado que le salve la vida y, así, ganarle la batalla a la fibrosis quística, una patología genética hereditaria que afecta principalmente al aparato respiratorio y digestivo.
‘Hoy Belén necesita de todos nosotros para su difusión, para que pronto llegue su ángel donante. El trasplante sólo es posible con la donación de órganos, para ayudar a otras personas a seguir con vida o que lleven una vida mejor’, expresaron los familiares de la joven.
Belén Rataus fue diagnosticada con fibrosis quística antes de que naciera. Se trata de una enfermedad genética, hereditaria, no contagiosa, que afecta principalmente a los pulmones, y en menor medida al páncreas, hígado e intestino. La padecen uno de cada 7.000 nacidos vivos y hasta el momento no tiene cura.
En el caso de la joven de El Palomar, a todos esos problemas se le suman la diabetes y la anemia. Ella, como la mayoría de los sufren esta patología, genera mayor cantidad de mucosidad y, por eso, muchas veces le cuesta respirar.
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En un día común, Belén se hace de 3 a 4 nebulizaciones por día y toma antibióticos y vitaminas; se hace un control médico completo una vez por mes; y tiene que internarse preventivamente por lo menos una vez al año para reforzar su salud.
Según se informó, las repetidas infecciones pulmonares que produce la fibrosis quística derivan en un progresivo deterioro del paciente y muchos de ellos terminan con falla respiratoria grave. A unos pocos, además, se les asocia una falla hepática.
El tipo de trasplante combinado como el que requiere Belén es un avance para poder brindarle a muchos pacientes que anteriormente no tenían la oportunidad, una mejor calidad de vida o incluso la esperanza de sobrevida.
‘Un donante puede salvar o mejorar la calidad de vida de hasta 10 personas. Los órganos no van al cielo, se quedan en la tierra y salvan vidas. Belén quiere seguir viviendo y el trasplante es su única oportunidad de vida’, afirmaron los padres de la chica.
Desde el entorno de Belén, además, buscan concientizar sobre la importancia de la donación de órganos y, para ello, lanzaron la campaña ‘Esperando un soplo de vida’, a través de la cual buscan difundir este caso.
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