El sol sigue brillando sobre el entusiasmo de los veraneantes. Cada vez más gente llega a la ciudad e inunda las playas con fervor y muchas ganas de pasarla bien. Una multitud disfrutó a pleno el día junto al mar.
El sol volvió a brillar con su majestuosa intensidad durante una nueva jornada propicia para la playa.
El día, de punta a punta, se lució sin una nube en el cielo y le permitió a los miles de turistas que visitan Mar del Plata, disfrutar de las distintas propuestas que ofrece la vida de descanso junto al mar.
Sólo el viento, que sopló desde el sur a unos 27 kilómetros por hora le quitó perfección a la jornada que, de cualquier manera, invitó a grandes y chicos a darse varios chapuzones en el mar y a jugar sobre la arena o simplemente tomar sol.
El marco fue aún mejor por la presencia de la mucha gente que afloró en las playas, dejando la clara sensación del aumento de veraneantes en los últimos días, probablemente alentados por el pronóstico del tiempo que había prometido días de sol para toda esta semana.
Todas las playas marplatenses se vieron colmadas de públicos de todas las edades, con la salvedad de que adolescentes y jóvenes eligen un rato más de viaje y llegarse hasta las playas del Sur, donde el rock, los tragos y los cuerpos bien trabajados, ganan el protagonismo de la escena.
En el resto de los destinos, los más céntricos, o Camet, Varese y Punta Mogotes ofrecieron -como lo hacen habitualmente- un marco mucho más familiar que no deja de lado ninguna de las variantes de entretenimiento que ya han ganado su condición de 'tradicionales' sobre la arena.
'El sol está buenísimo -cuentan Julieta y Maia, dos amigas que veranean juntas desde hace varios años- y está bueno que hay un poco de viento, porque eso hace que el calor se soporte mejor. El mar está frío, pero uno se acostumbra rápido.Además, anoche fuimos por primera vez al casino y ganamos, así que todo nos parece hermoso..." Excelente fin de semana
La mayor cantidad de gente advertida en las últimas horas hace prever un fin de semana muy nutrido de visitantes.
Y no sólo en la playa se advierte esa presencia, sino que también por las noches, que son cálidas y muy agradables, las calles céntricas de La Feliz, así como las más alejadas pero de gran arraigo comercial como Alem, Olavarría o la avenida Juan B Justo, reciben constantemente la visita de paseantes que, a paso cansino, recorren sus veredas. El helado, con ofertas de todo tipo, es la gran atracción de cada paseo nocturno.
La buena noticia para turistas y residentes es que, si bien todavía aparecen algunos especímenes de considerable tamaño revoloteando el aire, los mosquitos que invadieron la ciudad en los últimos días ya no son ni tan numerosos ni tan molestos. Igual, su paso voraz dejó la marca en más de uno. Pero no se quejan: "En definitiva -dice Juan Carlos mientras mezcla la baraja en la carpa 830 del Balneario 12 de Punta Mogotes- todos los que estamos acá vinimos a rascarnos..."
Con el sol la playa da para elegir
Veranear en Mardel ubica el epicentro del descanso en la playa. Ya sea alquilando una carpa con todas sus comodidades o tirando una lona cerca de la orilla para asentar campamento, la periódica visita a mar está en la agenda de todo turista. Es indispensable, entonces, afilar el lápiz y empezar a hacer cálculos para calcular el presupuesto necesario para esta actividad sagrada que, como en todos los casos, también ofrece un abanico que se adapta a todos los bolsillos.
Entre los diversos destinos de arena y mar los turistas pueden elegir las alternativas que van desde las playas de Camet, pasando por La Perla, las traicionales playas del centro (la Bristol hace un tiempo fue rellenada con una arena llena de impurezas que estropeó su oferta de calidad), la renovada y muy coqueta playa Varese (que tiene como triste testigo el edificio Maral desde el cual cayó el inolvidable Negro Olmedo), Playa Grande (y sus adyacencias), el complejo de Punta Mogotes, la playas del Faro y las del Sur, ubicadas más allá del faro a lo largo de la Ruta 11 a Miramar (que cuenta con zona de acantilados muy vistosos).
Y a lo largo de ese recorrido también los precios de los servicios varían. Partiendo desde el viaje (no es lo mismo quedarse cerca de la zona donde uno habita que trasladarse a otros puntos más alejados) y llegando a los diferentes servicios y comodidades que uno puede conseguir.
Un regio día de playa depende de la actitud, la compañía y el entusiasmo de cada turista y no del poder adquisitivo. Es así que, con 5,04 pesos para el viaje ida y vuelta en colectivo (la tarifa del boleto) más las provisiones indispensables para el mate (con un paquete de bizcochos), un mazo de cartas para el truco o los dados para la generala, uno puede tirarse cerca del mar y disfrutar de un día a pleno.
Para todos los colectivos es necesario tener una tarjeta (cuesta 5 pesos) cargada. La única empresa en la se viaja con monedas (2,50) es la línea 221 que va del centro a las playas del Sur. En Playa Grande, el alquiler de carpas por día se ubica entre los 350 y 375 pesos y las sombrillas desde 280 a 300 por día, en tanto el estacionamiento ronda los 90 pesos; en las playas del Sur, por su parte, la carpa diaria cuesta 350 a 400 pesos, con estacionamiento y reposeras incluidas
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