Es considerado un progresista moderado conocido por todos los cardenales. En los temas internos de la Iglesia se pronunció a favor de abolir el celibato sacerdotal, pero contrario a las rupturas doctrinales, como el matrimonio entre personas del mismo sexo, la eutanasia y el aborto.
Pietro Parolin tiene la particularidad de ser el único candidato que conocen los 133 cardenales que elegirán al nuevo Papa. El religioso de 70 años dejó, además, de ser formalmente el Secretario de Estado, el número dos debajo de Francisco, la estructura que maneja el funcionamiento del gobierno de la Santa Sede y ahora dirige el Colegio de Cardenales de cara al cónclave.
Aunque era el tercero en el organismo, pero los cardenales Re y Sandri, los dos que lo precedían, quedaron fuera por ser mayores de 80 años. Desde la muerte del argentino, su protagonismo viene siendo sido muy elevado. Fue Parolin quien ofició la misa del domingo 27 que precedió la sepultura del líder de la Iglesia en la Basílica de Santa María la Mayor. En la plaza San Pedro había 250 mil personas y su homilía fue muy elocuente en el elogio de la figura de Jorge Bergoglio.
La prensa señaló que esto fue un mensaje que representó una elíptica y la vez convincente propuesta para que la devoción popular lo alzara como sucesor. El Papa argentino lo había elegido en 2013, poco después de asumir el cargo, como Secretario de Estado y su decisión causó sensación porque Parolin no era conocido y acababa de cumplir 58 años.
Venía del norte de Italia, de la zona de Vicenza donde existe un catolicismo popular muy difundido. Desde chico declaraba que quería ser sacerdote y hasta hoy sigue en contacto con sus amigos de entonces y sus parientes. Todos coinciden que “es uno del pueblo”.
Su padre falleció pronto y su madre maestra llevó con esfuerzo adelante la familia, integrada por un hermano que hoy es magistrado y una hermana, a los cuales está muy vinculado. Su vocación religiosa no fue una sorpresa y en 1969, cuando tenía 14 años, entró en el seminario.
En 1980, ya sacerdote, el obispo lo mandó a estudiar a Roma en la Universidad Gregoriana y después, en 1983, a la Pontificia Academia Eclesiástica, donde educan a la elite diplomática de los futuros nuncios apostólicos. Esta considerado de temperamento amable y controlado. Dicen que raramente lo vieron enojado.
Como diplomático se ejercitó en Nigeria y Mexico. Llamado después a la Secretaría de Estado, donde se manejan los mecanismos de gestión de la Iglesia. Lo pusieron a ocuparse de Italia. Lo hizo bien y y fue promovido a subsecretario. Luego se ocupó de un tema muy importante para la Iglesia: China.
Al mismo tiempo fue director de Villa Nazaret, una institución que se ocupa de jóvenes privados de medios y merecedores de apoyo educativo. Su mentor era el cardenal Achille Silvestino. En 2009, el papa Benedicto XVI lo nombró nuncio apostólico en Venezuela.
Dicen que fue el clásico “promover ut amoveatur”, promover para remover, para quitarlo de la gestión del "dossier" China. Pero cuando en 2013 Francisco lo llamó a su lado y lo hizo Secretario de Estado, el tema de la “vía de la Seda”, China, era una cuestión muy importante para el pontífice argentino.
Esto se demostró en los años siguientes, cuando tanta diplomacia terminó con un acuerdo para resolver el nombramiento de obispos y otras medidas que cambiaron a fondo la relación entre China y la Santa Sede. Dicen que en estos 12 años las relaciones entre el italiano y el argentino no siempre fueron lineales, pero que en el Secretario de Estado, prevaleció “un muy fuerte sentido del deber”.
Parolin es considerado un progresista moderado conocido por todos los cardenales. En los temas internos de la Iglesia se pronunció a favor de abolir el celibato sacerdotal, pero contrario a las rupturas doctrinales, como el matrimonio entre personas del mismo sexo, la eutanasia y el aborto.
Compartía la decisión del Papa de avanzar con prudencia en el tema de la mujer, abriéndole el camino para participar en la gestión de la Iglesia incluso con cargos importantes, pero mantener cerrada la vía a la igualdad con los varones. También contrastó la presión de los conservadores en la cuestión de la minoría eclesial que reclama volver a la misa en latín.
Durante los funerales del Papa, aunque ya no era Secretario de Estado, el cardenal Parolin recibió al presidente ucraniano Volodimir Zelenski el domingo en que se celebró la misa de despedida de Francisco. Saludó también al presidente estadounidense Donald Trump.
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