Pablo Ariel Rebollo tenía 40 años y era integrante de la Policía Federal. El pasado jueves fue asesinado de un balazo en el rostro, cuando dos delincuentes a bordo de una motocicleta intentaron asaltarlo en la capital de la provincia de Tucumán. El dramático caso no es aislado, ya que actualmente el 25% de los hechos delictivos que se cometen en las principales ciudades del país son bajo la modalidad conocida como “motochorros”.
En torno al crimen mencionado, el ataque ocurrió durante la tarde en la avenida de Circunvalación, entre las calles Cuba y Guatemala, en el barrio La Costanera, una zona vulnerable de la capital tucumana, donde el cabo Rebollo, junto a su compañero Damián Gallicchio, se disponían a montar un operativo de control. Cuando Rebollo se bajó del móvil policial para colocar los conos refractarios correspondientes en el asfalto fue interceptado con aparentes fines de robo por dos hombres que circulaban en moto armados. El policía se identificó y uno de los delincuentes le efectuó un disparo a la altura de la boca.
El compañero de Rebollo, que estaba a bordo de una camioneta policial, al advertir el hecho comenzó a disparar y mató a uno de los delincuentes e hirió al otro. El cabo de la Policía Federal fue trasladado de urgencia al hospital Padilla con un proyectil alojado en la garganta, y allí falleció. Acerca de la modalidad de los motochorros, un estudio realizado por el Estudio Miglino y Abogados, con el objetivo de “buscar una solución para la gente sobre el terrible flagelo de la comisión de todo tipo de delitos a bordo de motos”, reveló que “los motochorros en 10 meses del año 2018 representaron el 25% de todos los hechos delictivos” de los principales centros urbanos del país. Desde la organización Defendamos Buenos Aires, asimismo, se realizó una encuesta escuchando propuestas que la propia gente hizo sobre el tema.
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“Las tres propuestas con más apoyo fueron mano dura contra los motochorros, que incluye brigadas de policías con ese único objetivo; dos días cada semana sin motos; y destrucción de todas las motos que hayan participado en crímenes”, señaló el abogado Javier Miglino. “Del total de hechos delictivos relevados, el 80 por ciento corresponden a robos de teléfonos celulares, robo de dinero bajo la modalidad salidera bancaria, entraderas y salideras de domicilios y lugares de esparcimiento como cines, teatros, discos y restaurantes y robo a mano armada de vehículos en la vía pública”, explicó el experto. Sobre el pedido de mano dura contra los motochorros, Miglino dijo que “esta vez no fuimos con preguntas a la gente sino con la intención de escucharlos y anotar ideas contra los motochorros y el crimen en general, y de las múltiples propuestas, tres de ellas fueron las que recibieron más apoyo”.
“Mano dura, el 90% de apoyo. Caracterizada por mayores detenciones, policías encargados de perseguir, detener y/o abatir a los delincuentes que resistan el arresto o ataquen a la gente y los policías. Basta de motos por al menos dos días a la semana, un 80% de apoyo. Las personas que deben retirar su dinero mensual, tal como miles de jubilados que son la víctima predilecta de los motochorros en días de cobro, podrían hacerlo con tranquilidad. Incautación y destrucción inmediata de las motos utilizadas en delitos, el 75% de apoyo. En este último apartado, la gente pide que se proceda tal como ocurre con las casas y bunkers donde se vende drogas que luego de allanadas son destruidas, la gente nos pide exactamente la misma vara para los vehículos que han sido utilizados para el crimen”, dijo Miglino.