Hugo dejó de comer carne y lácteos durante 12 semanas y Ross decidió seguir una dieta con carne, pescado y lácteos.
El experimento consistió en que ambos tuvieron que consumir la misma cantidad de calorías al día y realizar la misma rutina de entrenamiento.
"Queríamos utilizar el modelo de los gemelos idénticos, que son clones genéticos, para comprobar el efecto de la dieta y el ejercicio y cómo responden estos individuos a diferentes tipos de alimentos", explicó el profesor Tim Spector, epidemiólogo que dirigió la investigación.
Para Hugo, quien llevaba una dieta con todo tipo de alimentos, el cambio a una dieta completamente vegana, en la que aumentó la ingesta de frutas y frutos secos para mantener los niveles de azúcar y ganar energía para el día, fue duro.
Hugo contó que tuvo problemas con la dieta durante las primeras semanas, con enormes antojos de carne y queso. Finalmente se acostumbró y afirmó sentirse con más energía.
La otra parte del duelo, Ross, quien siguió una dieta carnívora, dijo que había días en los que se sentía "con mucha energía" y otros en los que tenía "grandes bajones".
Al final del experimento, Hugo vio un descenso en su peso corporal, mientras que Ross ganó grasa y algo de músculo.
El vegano Hugo experimentó un enorme descenso del colesterol y un fuerte aumento de la resistencia a la diabetes de tipo 2, no así Ross. Sin embargo, la dieta vegana dio lugar a una reducción de la diversidad de bacterias intestinales.
"En promedio, los veganos son más sanos que los consumidores de carne", dijo Spector. Igualmente enfatizó en una dieta vegana no siempre es más saludable.
"Una dieta más saludable es la que beneficie la microbiota intestinal, ya sea con dieta vegana o no", concluyó el investigador.
comentar