La titular del Bundestag, Julia Klöckner, pidió cerrar los burdeles y sancionar a los clientes. Argumenta que el país perdió el control sobre la trata de personas.
La presidenta del Bundestag, Julia Klöckner, declaró que Alemania debe “prohibir de una vez por todas la prostitución” y penalizar la compra de sexo. Lo dijo en Berlín, durante un acto de la Fundación Alice Schwarzer, y sus palabras reactivaron un debate que parecía cerrado.
Klöckner propone aplicar el modelo escandinavo, que castiga al cliente y busca eliminar la demanda. Asegura que el sistema actual no protege a las mujeres y que el país se transformó en el “burdel de Europa”.
Banderas alemanas sobre burdeles en Frankfurt, una postal que reaviva la polémica.
Desde 2002, la prostitución es legal en Alemania. La idea original era mejorar la seguridad y los derechos de quienes la ejercen, pero diversos informes indican que la medida favoreció el crecimiento de redes ilegales. En 2017, el gobierno introdujo nuevas normas para regular la actividad, aunque las críticas continúan.
Según datos oficiales, hay 32.300 trabajadoras registradas, pero las organizaciones calculan hasta 400.000. Para Klöckner, esas cifras muestran el tamaño del problema y la necesidad de un cambio profundo.
comentar