"Es un hito muy importante", remarcó desde el aeropuerto de Sao Paulo el gobernador del estado Joao Doria, según un video posteado en sus redes sociales.
La vacuna contra el coronavirus arribó a Brasil a través de un convenio con el Instituto Butantan de China, adscrito al Gobierno de San Pablo, y se volvió motivo de disputa entre el presidente Jair Bolsonaro y Doria, su ex aliado y actual rival político.
El enfrentamiento subió en intensidad la semana pasada, cuando la agencia de vigilancia sanitaria nacional (Anvisa) suspendió por 48 horas el ensayo en voluntarios en Brasil, argumentando "un incidente grave" ocurrido durante las pruebas.
Ante esto, Bolsonaro se congratuló en redes sociales por la paralización del estudio, y las autoridades regionales de San Pablo, así como la directiva del Instituto Butantan, expresaron "indignación" y garantizaron que el incidente no estaba relacionado con el medicamento en investigación.
El suicidio de un voluntario del ensayo motivó la suspensión de las pruebas pero, de inmediato, Anvisa autorizó que fueran retomadas, tras afirmar que las suspensiones en fase de estudio son comunes y que eso "no significa necesariamente que el producto bajo investigación no sea de calidad, seguro o eficaz".
Brasil, con 211 millones de habitantes, contabiliza más de 167.000 muertes y casi 6 millones de contagiados de coronavirus.
San Pablo, el estado más poblado del país, registra más de 1,1 millón de casos y casi 41.000 muertes por la enfermedad.
El convenio entre Sinovac y el Instituto Butantan contempla el envío de un total de 6 millones de dosis hasta fines de año, así como la entrega de materia prima para fabricar otras 40 millones de dosis en San Pablo.
La autorización de la Anvisa es necesaria para la aplicación de la vacuna en Brasil.
CoronaVac forma parte de las vacunas más avanzadas en el mundo, muy cerca del gigante farmacéutico estadounidense Pfizer, quien presentó resultados provisionales de la fase 3 que muestran una eficacia "de más del 90%", según el diario francés Le Monde.
La vacuna de Sinovac está igualmente en fase 3 de los ensayos en humanos, la última etapa antes de su homologación, que implica a miles de voluntarios en Brasil, Indonesia y Turquía.
China autorizó en julio, para los casos "urgentes", la administración de vacunas experimentales. Al menos cientos de miles de chinos ya recibieron la vacuna de Sinovac o las del laboratorio público Sinopharm.