La situación que generó la reacción del régimen norcoreano fue el vuelo de dos bombarderos furtivos B-2 estadounidenses en un entrenamiento realizado sobre el territorio de Corea del Sur.
Corea de Norte anunció ayer que ha entrado en "estado de guerra", advirtió de un "combate a gran escala" fuera de la región y ordenó empezar los preparativos con miras de atacar con misiles estratégicos el continente americano y las bases estadounidenses en el Pacífico y Corea del Sur.
La orden fue emitida durante una reunión de emergencia nocturna con los altos mandos del Ejército, en una respuesta directa al empleo por parte de Estados Unidos de bombarderos furtivos B-2, capaces de transportar armas nucleares, en sus actuales maniobras militares conjuntas con Corea del Sur, aseguró el líder norcoreano Kim Jong.
Un comunicado dado a conocer anoche por a agencia estatal norcoreana KCNA, que opera como vocera del régimen encabezado por Kim, señaló que "desde ahora, las relaciones Norte-Sur entrarán en estado de guerra y los asuntos que surjan entre el Norte y el Sur serán tratados de acuerdo con ello".
En su habitual tono belicista, los medios norcoreanos publicaron que su líder ordenó tener preparados sus misiles para atacar en "cualquier momento" intereses de Estados Unidos y Corea del Sur
En su nuevo anuncio Corea del Norte aseguró que "la situación en la cual no hay ni guerra ni paz de la península de Corea ha terminado".
Las dos Coreas han permanecido técnicamente en guerra desde el final del conflicto que las enfrentó entre 1950-1953 y que concluyó con un alto el fuego, tras el cual se firmó un armisticio y acuerdos de no agresión.
El comunicado advirtió además de un "combate a gran escala" más allá de la región si Corea del Sur y Estados Unidos continúan con sus actividades militares en la zona desmilitarizada entre las dos Coreas.
Según la KCNA, que actúa de portavoz del régimen, el anuncio especial de ayer ha sido emitido por el Partido de los Trabajadores, ministros y otras instituciones.
Campaña de amenazas
Estos anuncios se enmarcan en la campaña de amenazas que el régimen de Kim dirige a Corea del Sur y Estados Unidos desde que el pasado 7 de marzo la ONU anunciara nuevas sanciones al país comunista por su última prueba nuclear de febrero. Esta misma semana Corea del Norte anunció la suspensión de la única línea de comunicación militar que mantenía con Corea del Sur, que gestiona el acceso al complejo industrial común de Kaesong
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