El domingo le dijo a un periodista "qué ganas de reventarte la boca a golpes", molesto con una pregunta sobre su esposa, el presidente de Brasil trató de "cagones" a los hombres de prensa y acusó a la empresa Globo de "lavar dinero".

Un día después de amenazar con "reventarle la boca a trompadas" a un periodista de O Globo por una pregunta sobre un supuesto hecho de corrupción de su esposa, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, denunció ayer al Grupo Globo, la cadena de medios más grande del país, a la que acusó de lavar dinero en confabulación con el condenado por contrabando de divisas Dario Messer, mano derecha del ex mandatario paraguayo Horacio Cartes. Y, además, trató de "cagones" a los periodistas en referencia al "miedo" que le tienen al coronavirus.

Bolsonaro organizó un acto en el Palacio del Planalto para defender el uso del remedio hidroxicloroquina y cloroquina, pese a que no tiene comprobación científica en el tratamiento contra la Covid 19, tal su experiencia con la enfermedad el mes pasado.

"Hablé de mi pasado como atleta (para enfrentar la enfermedad) y la prensa se burló. Pero cuando se contagia algún cagón como ustedes (periodistas) la chance de sobrevivir es menor que la mía. Ustedes saben hacer maldades con la lapicera, hay excepciones, claro", afirmó Bolsonaro, quien se encuentra en su momento de mayor popularidad en las encuestas.

El presidente encabezó el acto "Venciendo a la Covid 19" junto con periodistas aliados y organizaciones de médicos bolsonaristas que defienden el uso de la cloroquina. "Si la cloroquina y la hidroxicloroquina no hubiera sido politizada se podrían haber salvado parte de las 115.000 víctimas, aunque no tenga comprobación científica. La cloroquina está teniendo éxito", dijo Bolsonaro. El propio Bolsonaro dio positivo en julio y pasó su reposo mostrando que tomaba comprimidos de hidroxicloroquina.

"En el medio militar es mejor tomar una mala decisión que una indecisión. Una indecisión lleva a perder la batalla o la guerra, lo mismo los médicos con las vidas", afirmó.

Reconoció que dos de sus ministros de Salud, Luiz Henrique Mandetta y Nelson Teich, renunciaron por negarse a firmar una orientación para que los médicos tengan la libertad de aplicar cloroquina en pacientes leves, algo a lo que accedió el actual, el general en actividad Eduardo Pazuello. Hasta mayo pasado apenas había prescripción para aplicar el remedio contra la malaria a las víctimas de coronavirus en casos de extrema gravedad.

Por otra parte y usando las redes sociales, el presidente lanzó dos publicaciones denunciando a la familia Marinho, dueña de la cadena Globo, a partir de una delación premiada de Messer, el gran jefe contrabandista que operaba mesas de dinero y empresas offshore que devolvió, a cambio de reducción de pena, casi 200 millones de dólares. "Hace 10 años que el sistema Globo me persigue. Ahora aguardo explicaciones de la familia Marinho sobre la delación del ‘cuevero de los cueveros’", publicó Bolsonaro en las redes sociales.

Messer, quien llegó a recibir la ciudadanía paraguaya por parte del ex presidente Cartes, firmó un acuerdo de delación premiada en el cual delató las operaciones que hizo con ricos y famosos, incluso con empresas de fachada que él mismo montó en Uruguay.

Entre las empresas se encuentra el poderoso grupo Globo, que según la delación premiada adquiría mensualmente los servicios de cueveros para usar la mesa de dinero.

El "cuevero" se especializó en el ‘dolar cable’, el sistema de entregar dólares en efectivo en Brasil a cambio de una transferencia a cuentas de empresas offshore en paraísos fiscales, con lo cual se evitaban el pago de impuestos y se hacía una fuga de capitales indirecta. Bolsonaro citó una nota de la evangélica TV Record, de la Iglesia Universal, que acusa a los dueños de Globo de haber manejado mesas de dinero en base a la delación de Messer.

La cita de Bolsonaro contra los dueños de la mayor empresa de comunicación de Brasil llegó luego de que amenazara con romperle la boca a trompadas a un periodista de Globo que el domingo le preguntó sobre un caso de corrupción que roza a la primera dama, Michelle Bolsonaro.

El periodista le preguntó qué tenía para decir sobre el ingreso de 89.000 reales (15.000 dólares) entre 2011 y 2016 en la cuenta de la primera dama depositados por el detenido amigo del presidente y exasesor del senador Flavio Bolsonaro, Fabricio Queiroz, eje de una investigación por peculado y lavo de dinero.

Queiroz está acusado de contratar empleados fantasma en la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro y obligarlos a devolver el salario para luego pagar cuentas de la familia Bolsonaro hasta 2018, antes de la asunción de Jair Bolsonaro como presidente.

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