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"Las mariposas", como se las recuerda a las valientes dominicanas Minerva, María Teresa y Patria, fueron asesinadas por orden del dictador Rafael Leónidas Trujillo el 25 de noviembre de 1960. Meses antes, habían sido encarceladas, golpeadas y violadas. Sus sicarios nunca cumplieron su condena. En honor a ellas, se conmemora el Día de la Eliminación de la Violencia hacia la Mujer en todo el mundo.
“Díganle a la familia Mirabal, de Salcedo, que los caliés van a matarnos”, alcanzó a gritarle a un camionero Patria Mirabal, antes de que los agentes del Servicio de Inteligencia de Rafael Trujillo (la policía secreta o los “caliés”, como eran conocidos en República Dominicana) la arrastrara de los pelos y se la llevara junto a sus hermanas, Minerva y María Teresa.
A palos y puñaladas las mataron los caliés, el 25 de noviembre de 1960. Meses antes, dos de ellas habían sido juzgadas en Santo Domingo, al igual que sus maridos, por “atentar contra la seguridad del estado dominicano”. Se las declaró culpables y fueron condenadas a tres años de prisión. Extrañamente, fueron liberadas tres meses después y sólo sus maridos quedaron en prisión. La extrañeza de la liberación se entendió ese 25 de noviembre, cuando las emboscaron y las mataron a palos a las tres. Minerva tenía 26 años. Patria, 30, y María Teresa, 36.
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Las hermanas Mirabal integraban la agrupación política “14 de Junio”, en oposición a la feroz dictadura que comandó entre 1930 y 1961 Rafael Leónidas Trujillo. Eran conocidas como “Las Mariposas”, a propósito del seudónimo que Minerva utilizaba en la clandestinidad. Habían nacido y se criaron en una familia de clase acomodada, en el municipio de Salcedo. Cuando Trujillo llegó al poder, no dudaron en alistarse en la resistencia contra su tiranía. Y su lucha se convirtió en símbolo.
“Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte”, había dicho Minerva, conciente del peligro fatal que acarreaba esa lucha. Pero ni ella ni sus hermanas claudicaron. Sólo la muerte –el brutal y cobarde asesinato- les puso un freno breve que, inmediatamente, cuando el país se enteró del crimen, las catapultó a la gloria. La muerte de Las Mariposas pareció haber despertado a todos. Y la mayoría festejó cuando al año siguiente, en una emboscada de algunos de sus propios compañeros, Trujillo fue asesinado.
Los asesinos de Las Mirabal
Por el crimen de las Mirabal y del chofer de ellas, Rufino de la Cruz, fueron enjuiciados en 1962 Ciriaco de la Rosa, Alfonso Cruz Valerio, Emilio Estrada Malleta, Ramón Emilio Rojas Lora y Néstor Antonio Pérez Terrero, acusados de ser los autores materiales del múltiple crimen.
Como cómplices fueron juzgados Sandito Almonte, Cándido Torres Tejada (ausente en el juicio), jefe de Operaciones del Servicio de Inteligencia Militar (SIM) en la estación Central en Ciudad Trujillo; Víctor Alicinio Peña Rivera, jefe de Operaciones del SIM en el Cibao y bajo cuya dirección fue ejecutado el crimen; Silvio Antonio Gómez Santana, Viterbo Álvarez (Pechito), Pedro Peña Ortiz y David Olivero.
La Cámara Penal Nacional Dominicana los condenó a la pena máxima de 30 años de prisión, excepto a de la Rosa, quien fue sentenciado a 20 años.
Los sentenciados fueron llevados a la fortaleza Ozama y cuando explotó la guerra de abril de 1965, un alto oficial logró sacarlos de allí. Quedaron en libertad y nunca más volverion a ser encarcelados.
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