La justicia del país africano dictaminó la captura del ex funcionario que tiene paradero desconocido desde el golpe de estado del pasado 3 de julio

 La justicia de Egipto acusó por homicidio y secuestro al depuesto presidente Mohamed Mursi -de paradero desconocido desde el golpe del pasado 3 de julio- y ordenó su detención, en un día de "duros choques" entre sus afines y opositores, que dejaron al menos 5 muertos y centenares de heridos.

El arresto preventivo -por 15 días-, ordenado por un Tribunal de El Cairo, es por los cargos de homicidio, secuestro y colaboración con el movimiento palestino Hamas en una fuga carcelaria masiva en enero de 2011, entre cuyos liberados figuraba el propio exmandatario, informó la agencia estatal de noticias MENA.

Según la acusación, la fuga de la prisión de Wadi Natrun (al noroeste de El Cairo) incluyó ataques contra comisarías de Policía y permitió la huída de numerosos islamistas y otros presos políticos en el contexto de las movilizaciones que pusieron fin al régimen autocrático de Hosni Mubarak.

El tribunal acusa a Mursi de figurar entre los que huyeron de la prisión, de haber destruido los registros oficiales de la cárcel, de la muerte intencionada de agentes de Policía y de presos y del secuestro de policías y soldados.

Los fiscales ya lo interrogaron para "confrontar con él las pruebas", añadió la agencia, según informó la agencia de noticias Europa Press.

La orden del juez fue aplaudida por decenas de miles de  manifestantes que acudieron al caer la tarde a la plaza Tahrir de El Cairo en respuesta al llamamiento del jefe del Ejército, Abdel Fatah al Sisi, quien pidió a los ciudadanos salir a la calle para apoyar a las fuerzas del orden "en su lucha contra la violencia".

Mursi se encuentra retenido en un lugar desconocido desde el golpe de Estado perpetrado el 3 de julio pasado, luego de días de protestas multitudinarias en que millones de egipcios pidieron elecciones presidenciales anticipadas.

La orden de arresto fue emitida en un día de fuertes choques entre opositores y afines al depuesto presidente, facciones que protagonizaron marchas en varios puntos del país, tanto en apoyo al gobierno de facto como para exigir el retorno al poder del líder islamista, y que dejaron un saldo de al menos 5 muertos y centenares de heridos.

Las muertes se produjeron en Alejandría, en el marco de un violento enfrentamiento entre ambos grupos, según confirmó a la agencia oficial de noticias MENA el director del hospital universitario de esa ciudad, Hosam Abu Saud, quien además señaló que hay varias decenas de heridos ingresados en el centro sanitario, muchos con disparos de bala y perdigones.

Aparte de Alejandría, también hubo marchas y duros choques en el distrito de Shubra, al norte de El Cairo, y en Damieta, en el delta del Nilo, que dejaron decenas de heridos, según informó la agencia de noticias EFE.

En el centro de la capital, en el barrio Ramsés, se produjeron también escaramuzas entre los islamistas y vecinos del área, sin que por el momento se hayan registrado víctimas.

En Alejandría los choques comenzaron en las inmediaciones de la mezquita de Al Qaed Ibrahim, una de las principales de la ciudad, junto al paseo marítimo, y se extendieron por la zona de Ibrahimiya.

Según MENA, los servicios de seguridad consiguieron contener los enfrentamientos en torno al templo con gases lacrimógenos, pero éstos continuaron en Ibrahimiya.

Al menos dos vehículos fueron incendiados durante los incidentes, en los que también resultaron destruidos varios locales comerciales.

En Ramsés, los manifestantes pro Mursi prendieron fuego a tres casas que tenían colgadas en sus fachadas fotografías del jefe de las Fuerzas Armadas y ministro de Defensa, Abdel Fatah al Sisi.

En la emblemática Plaza Tahrir de la capital, los grupos anti islamistas se reunieron convocados por al Sisi, quien lideró el golpe de Estado del 3 de julio.

La emblemática plaza amaneció rodeada por tanques del ejército y carteles a favor de Al Sisi, mientras que voluntarios desplegaron un operativo de control para identificar a los participantes, informó la agencia de noticias DPA.

El miércoles último, el jefe del Ejército convocó a los egipcios a tomar las calles para que "dieran mandato" a las fuerzas del orden de tomar medidas para acabar con la violencia.

Analistas políticos suponen que planean una posible operación contra la Hermandad Musulmana, acusada por el gobierno de facto de incitar al caos.

En tanto, esa agrupación -a la que pertenece Mursi- denunció que Al Sisi está llamando a "una guerra civil" y junto a otros grupos islamistas, convocó para hoy a una protesta y prometió que las manifestaciones continuarán hasta que le restituyan el poder a Mursi.

La denuncia de la Hermandad se da luego de que el Ejército diera ayer un ultimátum a los islamistas, que rechazaron llamamientos a integrar el gobierno transicional, para que se sumen a las "filas nacionales" o enfrenten las decisiones de las autoridades de facto

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