El padre Gabriel Romanelli, quien el pasado jueves había resultado herido tras nuevos bombardeos israelíes en la Franja de Gaza que alcanzaron a la Iglesia de la Sagrada Familia, dijo que se encuentra "bien" y aseguró que "la guerra tiene que terminar porque no va a ser la solución de nada".
El sacerdote argentino Gabriel Romanelli, párroco de la iglesia de la Sagrada Familia, rompió el silencio cuatro días después del devastador bombardeo a la única iglesia católica de Gaza, ofreciendo un desgarrador testimonio y refutando la versión oficial del gobierno de Israel. Romanelli, quien fue amigo cercano del papa Francisco, aseguró que el impacto sobre el templo fue “directo” y no un error de tiro, como se sugirió.
El ataque, que dejo un saldo de tres muertos y dos heridos graves, según Romanelli, impactó en el frente de la iglesia de piedra. El sacerdote describió el momento del bombardeo como un “caos total”. “Había terminado en mi despacho una reunión. Me acerqué a tomar mate con otra joven que nos vino a ayudar y se escuchó la explosión”, relató a Radio Mitre.
Romanelli fue categórico al desmentir las explicaciones oficiales: “Dicen que fue un error, pero impactó en el frente del templo, un templo de piedra. Fue un impacto directo, con esquirlas y heridos por esquirlas todo el tiempo. Esto fue una explosión y se ve claramente”.
"Estoy bien, dentro de lo que se puede estar bien aquí en la Franja de Gaza en este tiempo", expresó luego el sacerdote argentino en diálogo con Splendid AM990 y luego indicó: "Nosotros estamos por la paz con Israel, con Palestina porque esta guerra tiene que terminar, no va a ser la solución de nada y las heridas de esta guerra van a llevar mucho tiempo curarlas".
El padre Romanelli dijo además: "Lo primero que pide la gente es que pare todo, que nos den una esperanza de vida. Son palestinos y la mayor parte son civiles. Hay 2 millones y medio de personas que esperan por comida y la solución no es matar a la gente es dejar entrar comida”.
“Hace falta de todo literalmente. Las ayudas humanitarias que prometieron, si es que han entrado, fue a cuenta gotas y no es suficiente. En las fronteras de Jordania con Egipto hay muchos camiones que están esperando entrar, esperemos que los que tengan que tomar la decisión tomen la decisión justa que es dejarlos entrar”, aseveró.
Además, el sacerdote argentino indicó: "La desnutrición es algo generalizado en la gente adulta ni que hablar en los menores, desde el inicio de la guerra en general salvo la época de la tregua o la ayuda humanitaria que ha logrado hacer la iglesia en la ciudad de Gaza no se podía entrar lácteos ni carnes ni verdura ni frutas frescas, eso hace que la desnutrición sea real y hay quien ha muerto por desnutrición".
En el momento del bombardeo, el complejo parroquial brindaba refugio a entre 500 y 600 personas, según estimaciones de las autoridades eclesiásticas. La mayoría eran familias cristianas y musulmanas desplazadas, que se encontraban en una situación de extrema vulnerabilidad, sin posibilidad de salir de Gaza ni de acceder a ayuda humanitaria. Aunque el templo estaba parcialmente evacuado por precaución, el intenso calor hacía difícil mantener a los niños en el interior del edificio.
A nivel internacional, el papa León XIV expresó su “profunda tristeza” por el ataque y renovó su pedido de un “inmediato alto el fuego”, junto con un llamado urgente al “diálogo” entre las partes involucradas en el conflicto.
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