A las 15:06 (hora argentina), la chimenea de la basílica de San Pedro lanzó el humo blanco que anunció la elección del próximo Sumo Pontífice. "Habemus Papam", sí.
Inmediatamente, los miles de fieles que aguardan en la Plaza de San Pedro estallaron en un grito de emoción, mientras se mantienen expectantes por conocer el nombre del sucesor del renunciante Benedicto XVI.
El encargado del anuncio será el francés Jean-Lois Tauran, quien pronunciará
primero la mítica frase y luego anunciará el nombre de la nueva autoridad de la
Iglesia Católica. Que será el número 266.
Los principales favoritos eran el brasileño Odilo Scherer y el italiano Angelo Scola. Pero también se mencionaban otros como el estadounidense Timothy Dolan.
Lo cierto es que el nuevo pontífice enfrentará uno de los momentos más complicados para la Iglesia en toda su historia. Las finanzas de la Santa Sede, en particular de la banca vaticana, han quedado en entredicho por supuestas acusaciones de corrupción.
Este asunto, unido a escándalos de abusos sexuales y al famoso caso Vatileaks, el informe redactado por tres cardenales sobre la filtración de documentos confidenciales de Benedicto XVI, será una de las asignaturas pendientes para el nuevo Papa.
El humo blanco emergió al lluvioso cielo de Roma en la tarde del segundo día de cónclave y tras sólo dos fumatas negras. Entonces, las campanas de la basílica empezaban a repicar para festejar la noticia, tal y como manda la tradición.
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